Sigo dándole vueltas a esta frase, y
sí yo también tengo mi pasado, no es un pasado muy luminoso,
tampoco es de los más oscuros. Me sirve para ejemplificar algunas
ideas. Hasta los 16 años viví en barrios no muy ideales, no eran el
Bronx, pero tenían sus peligros. Nací en Aluche, y me crié
conviviendo habitualmente con gitanos, he vivido en primera fila las
peleas de perros y he jugado al fútbol esquivando sus charcos de
sangre, algo poco agradable. He robado y me han robado, he pegado y
me han pegado, he manejado navajas de mariposa y con suerte nunca me
han pinchado, hemos corrido huyendo de otras bandas y de la
policía... tuve una infancia entretenida. Como conté en el post
Vivimos en un mundo de maravilla, me crié en un ambiente en el que o
tú golpeabas o te golpeaban, y aprendí a golpear primero, pero eso
no ha sido toda mi vida.
A los once años nos mudamos a vivir a
la Ciudad de los Ángeles, otro barrio de Madrid, entre Villaverde y
Orcasitas. Allí había menos gitanos, pero no me faltaban las
peleas, los robos y los peligros. Allí mi mejor amigo era de otra
cara del mundo, colegio de curas, niño bien que nunca ha roto un
plato, yo aún seguí por un tiempo partiéndome la cara y las gafas
con cualquiera que me provocara. Fumé desde los 11 a los 16 años,
no por vicio, sino por intentar ser más malo, por aparentar una
imagen que no invitara a darme una paliza. A los 14 años creo que
tuvo lugar uno de los grandes cambios de mi vida, a los 23 también,
me gustan los números que suman 5.
A esa edad ya estaba en el instituto,
volvían a aparecer las navajas y cosas más fuertes. Viví algunas
experiencias surrealistas, de película. Volvía a casa agradeciendo
tener una familia normal, un refugio donde aislarme de ese mundo
extraño y violento. Algunos conocidos pasaron por la cárcel y
cuentan los rumores que algunos murieron a tiros, vi los estragos de
las drogas en personas cercanas y decidí que no quería acabar así.
Todo esto sin haber visto aún la película de Requiem por un sueño,
es traumática, aún dudo si recomendarla como visionado obligatorio
en los institutos. Si después de ver esa peli aún quieres meterte en
drogas, debes visitar un psiquiatra o solicitar ingreso voluntario.
Con 14 años tuve mi primera novia, y
me volví menos machote, menos duro, ya no te juegas tanto el tipo
cuando tú no eres el único que va a sufrir si sales mal parado de
algún fregao. Redescubrí el miedo, si te importan los demás y su
sufrimiento no te la juegas tanto. Entiendo a los superhéroes y
villanos solteros, no tienen más que perder que perderse a si
mismos. Así empezaría mi transformación, ¿cómo no estar
agradecido a las mujeres?, creo que son de los elementos vitales más
transformadores que conozco. Por aquel entonces hice uso de uno de
los grandes dones que se nos ha dado a los seres humanos, la
imaginación y proyección de futuro. No hacía falta
ser muy listo para intuir donde acababa el camino que seguían mis
compañeros, ya habíamos visto algunos ejemplos, con 14 y 16 años
ya había quienes lo habían vivido todo, drogas, coches, sexo,
armas, diferencias con la policía... Vivían al límite, pocas cosas
les quedaban por probar que no fuera subir aún más las dosis. Así
íbamos a acabar muriendo pronto y consumidos.
Entonces descubrí también la manera
de ver la vida de algunas mujeres, descubrí el concepto de
sensibilidad, explicado fácil y para que lo probéis en casa usaré
el ejemplo de la sal y los saborizantes. Cuando comes algo muy salado
o con mucho sabor, tu paladar se acostumbra, y si luego comes algo de
sabor más sutil no eres capaz de apreciarlo, sólo eres capaz de
apreciar cosas de sabores tan fuertes que superen al último. Los que
practican Muay Thai dicen que se destrozan los nervios de brazos y
espinillas para no sentir dolor, bien, tampoco sentirás placer
entonces. Descubrí que podemos jugar a subir el nivel y llegar a las
emociones fuertes, y pasa como con las drogas, para seguir
sintiendo lo mismo tienes que ir aumentando la dosis a medida que el
cuerpo se acostumbra a ello, y hay dosis que no se pueden subir más
sin matarte.
También podíamos mejorar nuestra
sensibilidad, podíamos dejar de ser sensibles sólo a los estímulos
más fuertes y ampliar nuestro rango de sensibilidad y disfrute, que
al final creo que es lo que todos buscamos, sensaciones y disfrute. Decidí
que si ampliaba mi rango podría disfrutar de todas las sensaciones,
en vez de estar condenado a sólo sentir los estímulos más fuertes.
Obviamente si te haces más sensible, a la par que aumenta tu
capacidad de disfrutar los estímulos aumenta tu sensibilidad para
sufrirlos. Ya solucionaríamos eso, sospechaba que merecía la pena
lo que ganaba. Entonces empezó mi estudio sobre la forma femenina de
ver la vida, conocí a quien ha sido mi primer maestro en el arte de
relacionarme con las mujeres, ser un buen caballero, ser romántico y
aprender a moverme en este mundo femenino tan complicado.
También aprendí mucho de mis primas y sus amigas, nada como la
experiencia directa y la convivencia habitual con mujeres. No hay día
que no agradezca haber nacido chico, nuestra vida es muuuuucho más
sencilla!! Me siento muy agradecido por todo lo aprendido de ellas, y lo que me queda... y
lo que me queda, porque esto parece que no acaba nunca.
Bien, esto lo comparto porque hay
determinadas corrientes psicológicas o de educación que defienden
que en los primeros años de vida conformamos nuestra personalidad y
ya está todo hecho. Los hay que también defienden el determinismo
genético, somos como somos por genética y no podemos hacer nada.
Pues creo que me voy a tener que inventar nuevas palabras,
determinismo ganístico, o algo así, somos nuestras ganas, somos lo
que queremos ser, podemos cambiar siempre, ayer, hoy, mañana, hace
diez años y dentro de veinte también.
Dejémonos de excusas
absurdas, si de verdad quieres algo lo consigues, no eres el
resultado de tus circustancias, tu pasado o tus genes, eres el
resultado de tus interpretaciones y decisiones, y esas sólo dependen
de ti. Si no te gusta lo que hay o lo que eres, cambia tus interpretaciones y
decisiones, que son tuyas, porque (sé que no lo habíais oído nunca
hasta ahora) nuestra felicidad sólo depende de nosotros! Últimamente
le doy vueltas a otra frase perla, así como vemos nuestro futuro,
vivimos nuestro presente, pensadlo a ver qué os parece... A
disfrutar la vida!! Que será por herramientas para ello! :)
Hola, me he pasado por tu blog y he leído aleatoriamente este artículo.
ResponderEliminarMe gusta la idea de que siempre podemos cambiar, pero creo que prefiero que podemos evolucionar. Creo que en esencia somos más o menos estable, pero podemos evolucionar a algo mejor.
Soy Eriwen xD pero no puedo poner la dirección de mi blog
Gracias por tu comentario y tu aportación! Cambiar, evolucionar, mientras implique mejorar todo está bien! :)
ResponderEliminarNo caigo en quien eres, perdona mi despiste si nos conocemos :)