jueves, 25 de diciembre de 2014

Felicidad y dinero

Todos hemos oído decir que el dinero no da la felicidad, pero que produce una sensación tan parecida que es fácil confundirla, o que preferimos llorar en un Ferrari... Quizás la más adecuada de las frases que relacionan felicidad y dinero sea aquella que dice “El dinero no trae la felicidad, pero la miseria tampoco”. Hace tiempo que reflexiono sobre la felicidad y su relación con el dinero. Muchas personas, jóvenes sobre todo, han llegado a relacionar rápidamente ambos conceptos, y si bien pueden tener puntos comunes, no creo que estén estrechamente relacionados.


Esto es fácil de ver si nos remontamos un poco en el tiempo, la acuñación de la moneda se sitúa en el siglo 6 o 7 antes de Cristo, por lo cual el concepto de dinero entonces tiene menos de 3000 años... y digo yo que antes de que existiera el dinero las personas también eran felices o infelices... ¿con qué lo relacionaban entonces?

Sobre la felicidad hablaremos mucho, pues siendo uno de los objetivos principales del ser humano, consciente o inconscientemente, creo que es bastante interesante y es un concepto muy amplio y con muchos matices. Sirva decir que no existe una única felicidad, incluso no existe una única felicidad por persona, pues supongo que nosotros mismos habremos experimentado diferentes tipos de felicidad a lo largo de nuestra vida y podamos quizás identificar de manera clara al menos 3 felicidades diferentes. Hoy nos vamos a centrar en la relación que puede existir entre felicidad y dinero, o lo que más curioso me resulta, ¿por qué hay quienes pretenden utilizar el dinero como indicador de felicidad?

De las cosas que he observado que más satisfacción nos reporta a los seres humanos es la sensación de avance y progreso, nos gusta sentir que mejoramos, que crecemos, que avanzamos, que nos superamos. Quizás sea una manera de entender que estamos empleando adecuadamente nuestro tiempo de vida. De los motivos mayoritarios de hastío y abandono en el trabajo o en los estudios es la sensación de aburrimiento por no avanzar, no aprender nada nuevo, no progresar. Y aquí es donde creo que el dinero le ganó un pulso a la felicidad, el dinero es fácilmente cuantificable.


Puedo contabilizar al detalle cuánto dinero tengo, y puedo seguir midiéndolo a medida que pasa el tiempo. Si un mes tengo más dinero (o menos deudas) que el mes anterior, siento que avanzo en ese campo, si cierro un año con más dinero que el año anterior puedo creer que el año ha sido mejor y sentir que progreso. O puede que no tenga relación alguna con la calidad de mi vida, pero al menos hay unos números que puedo comparar y analizar, tengo unos datos a los que referirme. La felicidad, hoy por hoy, creo que tiene un pequeño inconveniente para ser medida, o al menos no he encontrado aún la manera de medir mi felicidad para saber si hoy soy más feliz que ayer, si esta semana más que la pasada, que el mes anterior, o que hace dos años. ¿También os pasa a vosotros o sabéis cómo medir la felicidad?

Químicamente podemos medir la felicidad tomando muestras de sangre y contabilizando endorfinas, hormonas y neurotransmisores que tan de moda están ahora como la serotonina, la feniletilamina o la oxitocina. También podemos analizar qué zonas del cerebro presentan mayor actividad o desarrollo y relacionarlo con el bienestar, satisfacción y felicidad, pero no creo que todos tengamos al alcance estas herramientas a diario, quizás en un futuro sí podamos tenerlas y llevar un registro de nuestros niveles medios de serotonina diarios.

Si seguimos esta línea de pensamiento quizás podamos ver que nuestra felicidad no es tan fácil de contabilizar y gestionar como el dinero, y tristemente creo que es por eso que muchas personas han decidido orientar sus vidas en torno a algo más controlable como es el dinero. Supongo que no hace falta que diga que es excepcionalmente raro que esas personas sean las más felices que conocemos y normalmente son las que mayores tasas de decepción, depresión y suicidios presentan.


Esto también creo que es debido a la publicidad y la idea de felicidad que nos venden, como ya hemos comentado en la entrada Invertir en felicidad, publicidad, insatisfacción y consumo están muy relacionados. Seguiremos reflexionando sobre la felicidad en futuras entradas como Copiando felicidad y Crear o encontrar la felicidad.


Recuerda que no vivimos la vida tal y como es, sino que vivimos la vida tal y como nos la explicamos a nosotros mismos, es lo que en psicología se llama pauta explicativa. Cambiando nuestra manera de pensar cambiamos nuestra vida, y eso siempre está a nuestro alcance :) Feliz caminar!

martes, 18 de noviembre de 2014

Encontrar pareja por foto

Una de las cosas que me resulta muy curiosa de las páginas de búsqueda de pareja por internet es la importancia que le dan a las fotos que sube cada usuario; eso y las fotos que subimos a nuestras redes sociales. A lo largo del día entro en contacto con muchos perfiles desconocidos a través de diversas redes sociales y lo primero que veo es el nick que han elegido y la foto de perfil que tienen, es curioso cómo nosotros solos nos organizamos en grupos y nos afiliamos a diferentes tribus. Otro día reflexionaré sobre ello, hoy voy a compartir un par de ideas que ya he compartido esta mañana con mis alumnos sobre la importancia de la imagen en esta sociedad que estamos sosteniendo.


A la hora de escoger posible pareja, ¿Hacemos un filtro estético? ¿Descartamos algunas personas por su físico o la foto que nos muestran? ¿Y somos por ello superficiales? ¿Eso es malo? Hace tiempo que le doy vueltas a la importancia estética, al físico y la imagen de las personas. Supongo que muchos ya seremos conscientes de que el físico normalmente es algo que se pierde con la edad, tiende a ir deteriorándose y por tanto basar nuestras decisiones en algo caduco y temporal no parece lo más inteligente. No obstante, y perdonadme si me equivoco, creo que todos hacemos de manera consciente o inconsciente un filtro estético, físico y superficial, por el sencillo motivo de que la apariencia externa suele ser lo primero que podemos conocer de otra persona. Bienvenidos una vez más a las reflexiones obvias que tanto me gustan.


Hace unos días reflexionaba sobre la posibilidad de poder descubrir en la cara de las personas si son amables, si son depresivos, amargados de la vida, histéricos, adictos a la tele basura, conciliadores, divertidos, optimistas, adictos al gimnasio, incapaces de vivir sin su madre... ¿Sería genial poder obtener esa información con sólo mirar a la cara de una persona? No es una idea original mía, hace mucho que se pretende llegar a ello y se utiliza en los procesos de selección de personal. Algunas de estas características nos podrían aportar muchísima información relevante para nuestra elección de pareja potencial. Algunas cosas sí que podemos deducirlas de sus gestos o expresiones, muchas cosas podríamos apreciarlas en apenas unos minutos de conversación. Supongo que en esto radica parte del éxito de los eventos de citas rápidas, en cinco minutos de conversación podemos aplicar nuestros filtros más relevantes y hacernos una idea general de la persona con la que estamos tratando.


La semana pasada leía que una de las diferencias entre la vida de los veintitantos años y la de los treinta y tantos es que dejamos de buscar parejas a las que les gusten las mismas películas o música que a nosotros por empezar a buscar parejas que compartan el mismo plan de vida o valores. Por las experiencias de mi entorno añadiría la bonificación de simplemente “tener un plan de vida”, creo que somos muchos los que estamos perdidos sin plan, ni boceto, ni líneas generales... Y parece que otros muchos tienen toda su vida planeada al dedillo con los puntos de control y las paradas para repostar. Hace tiempo yo era uno de esos, creía tener mi vida planificada a la perfección (al menos en líneas generales) y estar siguiendo el plan según lo establecido. Cuando crees tener todas las respuestas, llega la vida y te cambia las preguntas. Lo bueno es que los valores suelen ser pilares en los que seguimos cimentando nuestra persona y aguantan cualquier remodelación del plan anterior.


Volviendo a nuestro filtro estético primario, ¿este filtro superficial nos ayuda o nos entorpece? Pues como siempre, la respuesta es: depende. Depende de cómo lo usemos, de lo estrictos que seamos con ello, y con lo bien que nos haya servido hasta la fecha. En mi caso me gustan las sonrisas bonitas, quiero creer que es algo que resiste el paso de la edad. No las sonrisas falsas tipo Pan American que sólo alcanzan los labios y con suerte los dientes, hablo de las sonrisas de verdad, las que brillan en los ojos. Es algo externo que nos ofrece un poco de información interna, la sinceridad, la facilidad, si tiene costumbre de sonreír... huyo de personas que no tienen arrugas en los ojos ¿cómo viven su vida para no sonreír? Otra de mis manías curiosas esta provocada por mi pasión por la escalada, me fijo en los brazos de las personas, no puedo evitarlo, lo hago de manera inconsciente. Me fijo en los codos, manos y hombros, y automáticamente valoro si escalan o serían capaces de hacer dominadas. Hace diez años que me pasa y me sorprendí bastante al darme cuenta de ello. Una vez me presentaron a una chica guapísima y al ir a darle dos besos le tomé el codo y me quedé helado, “Con este codo tan pequeño no puede con su propio peso! Esta chica no escala ni hace nada con sus brazos!” Mi vida es así de cómica. ¿Cuáles son vuestros filtros superficiales y que información relevante interna os aportan?


La entrada de hoy es para romper una lanza a favor del filtro superficial, simplemente porque es lo primero a lo que tenemos acceso. No nos consideremos superficiales por valorar la apariencia de una persona, también forma parte de la persona, creo que es hipócrita decir que el físico no tiene importancia. Como en todo, cada persona ajustará la importancia que tiene la apariencia en su escala de valores y actuará en consecuencia. Así que sí, las fotos y la apariencia nos van a ayudar a conocer a las personas, podremos saber cuánta importancia le concede cada persona a la estética. Las fotos que escogen mostrar también nos hablarán de eso mismo, la imagen que quieren mostrar al exterior, no necesariamente lo que son, sino lo que quieren ser. No nos llevemos a desengaños, lo que vemos es lo que vemos, no lo que es.



Seguiremos coleccionando ideas que nos sean útiles para este propósito, feliz camino! :)

Puedes ver todas las entradas relacionadas con pareja pinchando aquí.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Acepta la base del cubo

He terminado de leer “Los 88 peldaños del éxito” de Anxo Pérez. Es un libro que me ha gustado mucho, me gusta la manera que tiene de organizar los aprendizajes más relevantes de su carrera en peldaños, algunos los considero verdaderas perlas de esta verdad universal que voy coleccionando. Conocí a Anxo por su método para aprender chino, 8belts.com. En su libro nos anima a compartir algunos de sus peldaños, por ello hoy quiero compartiros el peldaño 72, titulado “Acepta la base del cubo”. Es un peldaño breve, y me parece que explica muy bien una fuente de insatisfacción constante en la vida de muchas personas que no han sabido asimilar esta realidad, yo entre ellos, creo que a partir de ahora la calidad de mi vida será aún mejor :)


Si hay algo indudable de la figura geométrica que constituye el cubo es que siempre tiene una base y esa base siempre es su lado inferior. Representa el lado negativo de las cosas. Si en algún momento ese lado inferior te disgusta, podrás darle una patada y hacer que rote para que su lado más bajo deje de serlo, pero su lugar será ocupado por otro. Es imposible eliminar la cara de abajo. Puede ser sustituida pero no eliminada.

Eso mismo sucede en la vida con nuestra pareja, con nuestro trabajo, con nuestros proyectos, con nuestras vivencias y experiencias, con cada año nuevo que arranca. Siempre vienen con un lado inferior, negativo, que no puede ser cambiado, sino sólo aceptado. Al igual que el cubo, todo en la vida tiene su lado inferior, pero también al igual que el cubo, todo tiene su lado superior.

Los que triunfan en la vida son los que no ven ni sólo el superior ni sólo el inferior, sino ambos. Buscan el lado superior para motivarse y son conscientes de la existencia del inferior desde el primer momento en el que entran en contacto con su cubo personal. No se dejan abatir por él, sino que lo aceptan. En definitiva, toman a cada persona, situación, idea o plan igual que tomarían un cubo; son conscientes de que todo tiene su lado superior y que éste debe ser encontrado, y que todo tiene su lado inferior y que éste debe ser aceptado.

Deja de hacer rotar el cubo para eliminar su base. Hacerlo no la elimina. Sólo la cambia de sitio.

Acepta el lado inferior del cubo
y disfruta de sus cinco lados restantes
#88peldaños


¿Os ha pasado alguna vez? ¿Alguien ha intentado encontrar cubos sin cara negativa o inferior? La historia de mi vida hasta ahora, esa búsqueda de la extrema perfección ideal donde nada es negativo. Creo que me hará bien empezar a asimilar que todo en la vida tiene su cara luminosa y su sombra, por muy fina que cortemos la lámina siempre tendrá dos caras :) Feliz día!

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Nuestra mente ¿carcelera o sirviente?

El día que hice la primera presentación del libro Un filósofo de campamento, alguien me preguntó “Y después de esto, ¿cuál es el próximo proyecto?" la respuesta fue: “Una academia de Felicidad”.


Casi un año después tenemos la primera sesión de pre estreno, será el próximo jueves 27 de Noviembre, a las 19.30h empezamos, así que recomendamos llegar antes para no perderse nada. Será en Madrid en la calle San Bernardo 5, aprovechando una de las aulas de la Academia Darío Vía 57, colgaremos fotos de cómo llegar porque se encuentra dentro de una galería comercial. Un lugar muy céntrico, a un minuto de la salida de metro de Santo Domingo y menos de 5 minutos andando de las salidas de metro de Callao o Plaza de España. La calle San Bernardo es la que conecta Gran Vía con la plaza de Santo Domingo.

El precio del taller es de 20€ por persona y las plazas son limitadas, sólo 20 participantes. Es un taller práctico y divertido sobre eficiencia mental, cómo hacer un mejor uso de nuestra mente. Estamos seguros de que os va a gustar, si no es así os devolvemos el dinero. Este es el enlace del evento en Facebook por si quieres mandárselo a quien creas que puede gustarle:


No te cuento mucho más, el aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información. Allí nos vemos! :)





sábado, 8 de noviembre de 2014

Encontrar pareja

La búsqueda de una pareja adecuada es una situación en la que casi todos nos hemos visto o nos veremos implicados en más de una ocasión, creo que es una de las cosas que más interesan a muchas personas y creo que hay algunas consideraciones que nos ayudan a alcanzar nuestro éxito.

Lo primero, dejemos de buscar y empecemos a encontrar o dejarnos encontrar. Parece una tontería, como muchas cosas que digo, pero tiene importancia. Veo muchas personas buscando sin pararse a mirar, personas que se cruzan tan obsesionados en su proceso de búsqueda que son incapaces de verse. Y si lo que quieres es una pareja, ¿es muy raro pensar que esa persona también esté buscando? Pues mira a ver si te dejas ver y das algunas pistas, no te optimices como buscador y te olvides de dejarte encontrar. Tampoco me parece muy acertado el otro extremo, esas personas que no sé de dónde han sacado la peregrina idea de que su pareja vendrá a buscarles al sofá de su casa o a sus entrenamientos.


Respecto a esta idea de buscar, encontrar y dejarse encontrar hay un par de historias muy curiosas que en su momento las conocí refiriéndose a la búsqueda de la verdad, Dios, o el sentido de la vida; se pueden aplicar a todo lo que queramos encontrar. Una de las historias cuenta de una persona que estaba buscando un anillo en la zona iluminada al pie de una farola y otra persona que pasaba por allí le preguntó qué hacía y si le podía ayudar. Le contestó que buscaba su anillo y ambas personas se pusieron a buscar. Una vez que la segunda persona hubo buscado sin éxito por la zona le preguntó “¿Estás completamente seguro de que has perdido tu anillo por aquí?” A lo que nuestro primer buscador respondió “No, no lo perdí por aquí, pero donde lo perdí está muy oscuro y me asusta, por aquí hay luz y veo mejor”. Fabuloso, ¿eh? Menudo artista el protagonista. ¿Cuántas veces no habremos hecho nosotros algo parecido? Ya podemos echar la vida entera buscando así sin encontrar nada... oscuridad, miedos y luces.

La otra historia habla de alguien que decide que lo que quiere encontrar se encuentra en una habitación concreta y al no encontrarlo se deprime y desespera sin contemplar la opción de que quizás no se encuentre en la limitada área de búsqueda que ha determinado. Es un poco como pedir peras a un olmo, y llorar porque no nos da peras. Esto lo veo bastante a menudo, personas que dicen querer encontrar una persona con determinadas características y pretenden hacerlo en lugares que personas así no suelen frecuentar. Lo mejor es su respuesta “Yo tampoco suelo venir a estos sitios y aquí estoy, no es imposible”. Correcto, si imposible no es, es bastante improbable, pero vamos, que cada uno es libre de hacer las cosas como quiera.

Así que ya que vamos a optimizar un poco nuestro proceso centrémonos en los objetivos, ¿Realmente qué es lo que queremos encontrar? Este ejercicio lo he hecho con muchas personas (me encanta ser un poco Hitch), realmente les ha funcionado bastante bien, además de las risas que nos hemos echado en el proceso. Parece una tontería pero todos tenemos unas ideas más o menos claras sobre lo que queremos, y si no las tenemos, seguro que sí tenemos claras unas cuantas cosas que no queremos. Una vez un amigo me dijo “Yo sólo pido una cosa, que no me toque los cojones”. Con el paso del tiempo ha ido añadiendo unas cuantas características más a su escueta lista, y eso está bien porque nos permite afinar y descartar lo que no nos vale.


Hace un par de días aprendiendo nuevas cosas sobre el aprendizaje (viva la redundancia) dí con una idea curiosa y bien útil: “Si quieres encontrar una aguja en un pajar, descarta la paja”. Se refería a que a la hora de aprender mejor, uno tiene que decidir qué quiere aprender y descartar lo que no quiere aprender. En nuestro proceso esta idea también nos será útil, muchas veces estaremos tentados de aceptar cosas que no nos valen, nos ayudará entonces recordar la idea de descartar lo que no nos vale para encontrar lo que queremos. Esto me pasó también con otro amigo que hace tiempo buscaba pareja, actualmente está felizmente emparejado disfrutando de los retos de esa etapa. Tuvimos que reforzar un par de veces la siguiente idea “Si quieres una pareja no aceptes rollos de una noche, porque no es lo que quieres y te distrae y te aleja de tu objetivo principal. Concentra tu tiempo y energías en lo que realmente quieres, céntrate.

Es muy fácil dejarse tentar por los placeres, pero si no es lo que queremos nos dejarán vacíos. Define qué quieres del modo más concreto posible, eso ya es medio camino hasta ello. Próximamente hablaremos sobre lo que queremos y lo que nos gustaría, que a veces no es lo mismo. Recuerda que vivimos por y para las emociones, lo que realmente buscas son emociones, y no siempre las cosas suceden como nosotros hemos planeado. En mi caso considero que mi chica ideal es morena y deportista, eso es lo que me gustaría; lo que quiero es enamorarme, y si sucede con una chica rubia y fumadora pues ole su arte, porque ya tenía dos puntos en contra.

Voy a escribir unas cuantas entradas sobre este tema, que me resultan muy interesantes los diferentes métodos y herramientas que hemos desarrollado para ello. Serán entradas cortitas con un par de ideas claves a tratar y reforzar, las de hoy son “acuérdate de dejarte encontrar, vé a los lugares adecuados y céntrate en lo que realmente quieres, descarta lo que no quieres”. Si quieres leer alguna otra entrada relacionada mientras escribo las nuevas, en este enlace tienes las entradas con la etiqueta de pareja.



Llegará, todo llega y todo pasa, si quieres una pareja no estás sin pareja, estás en una etapa inter-parejas, disfruta este momento y proceso que también tiene muchas cosas buenas! :)

domingo, 26 de octubre de 2014

Aprendizajes con lobos

Comparto un texto modificado del gran Francesc Miralles versionando el Credo del lobo de Del Goetz.


Respeta a los mayores
La jerarquía es muy importante entre los lobos, así como en las culturas humanas tradicionales, donde los ancianos son venerados como depositarios de la experiencia y el saber colectivo.

Enseña a los jóvenes
Nuestra misión más trascendente es mostrar el camino a los que vienen detrás: hijos, alumnos y, en general, toda persona que necesite de nuestra ayuda y guía.

Coopera con la manada
Como reza un proverbio japonés, “ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos”. Para sacar adelante los propios proyectos ayuda contar con la fuerza y empuje de la manada.

Juega cuando puedas
Las personas que mantienen un espíritu lúdico toda su vida aprenden constantemente y despliegan su creatividad en todos los ámbitos, desde el laboral hasta el sentimental.

Caza cuando debas
El lobo nunca consume más de lo que necesita para vivir. Su austeridad es un ejemplo contra el derroche que caracteriza buena parte del mundo humano desarrollado.

Entre tanto, descansa
Las pausas nos permiten volver a la caza -de objetivos, ideas, mejoras- con toda nuestra energía. Sólo quien descansa puede recargar sus baterías vitales y afrontar nuevos desafíos en plenitud de facultades. Acuérdate también de afilar tus herramientas para la vida.

Comparte tu afecto
Los lazos de amor fortalecen la autoestima y nuestro sentimiento de seguridad. Por eso, todo el tiempo que dedicamos a las personas que queremos es una buena inversión. Compartida la vida sabe mejor.

Expresa tus sentimientos
No solo es importante dar y recibir afecto, sino también expresarlo a las personas que forman nuestro clan. Recordemos el valor de nuestras respuestas.

Deja tu marca
El tradicional “plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro” admite toda clase de variaciones para que nuestro paso por el mundo sea una herencia positiva para el conjunto. Mereces lo que entregas, eres lo que das.



Dominando estos principios podremos hacer realidad el dicho :)

lunes, 29 de septiembre de 2014

Las trampas de la felicidad

Hace poco me he enterado de que en ciertas partes dentro del mundo del coaching y la psicología se ha entendido la psicología positiva de un modo muy diferente a como yo la entiendo y se está aplicando y desarrollando de un modo que pienso que no es el más correcto. La felicidad está de moda, casi todos queremos conseguirla y abundan entonces “vendedores de felicidad”, es la ley de la oferta y la demanda de este sistema capitalista en el que vivimos. Y esto no tiene por qué estar mal, es lógico que si hay más demanda se genere más oferta. Y también veo positivo que exista variedad de ofertas, porque no a todos nos gusta ni nos vale lo mismo.


Para quienes están en contra de aquellas personas que según ellos “buscan engañar a los demás”, os diré que yo pienso que nos hacen un favor a la sociedad, pues nos permiten mejorar y hacernos más astutos. No me gustaría vivir en una sociedad excesivamente protectora, donde no pudiéramos equivocarnos, considero que los errores son magníficos maestros, seguro que todos hemos aprendido algo que jamás olvidaremos gracias a algunos errores memorables.


Creo que estamos caminando hacia una sociedad de la confianza y la referencia y me gusta. Hoy por hoy creo que concedemos bastante importancia a las opiniones y valoraciones del resto de personas, ya sean conocidos o personas que han probado lo que queremos probar. Esta me parece una muy buena manera de selección natural, si algo funciona bien obtendrá buenas y numerosas referencias y valoraciones positivas, si algo no funciona bien la ausencia de valoraciones positivas hará que acabe por desaparecer. Casi siempre que pienso en adquirir o probar cosas nuevas pido referencias y opiniones a las que personas que ya lo han hecho, y como todo, aprendes a filtrar y valorar también esas opiniones, no tenemos que aceptar todo sin cuestionarlo.


Dicho esto, os comparto mi opinión sobre la felicidad y la psicología positiva. Lo primero es que yo creo que la felicidad no es igual para todos, creo que no hay una fórmula universal y sí unos pasos o pistas comunes. Creo que una primera aproximación a alcanzar la felicidad es dedicar un tiempo a encontrar nuestra propia definición de felicidad que será válida para nosotros. Entiendo la psicología positiva como el conjunto de conocimientos, procesos y métodos relacionados con los estados más agradables de la mente, el modo de conseguirlos, desarrollarlos y mantenerlos. Dentro de todos estos estados se encuentra la felicidad, quizá el que más de moda está actualmente, también encontramos la serenidad, la confianza, la motivación, la calma, la satisfacción, la realización y el optimismo, por citar unas cuantas.


La virtud decían los sabios que es el punto medio entre dos extremos, la obsesión con algo que nos lleva a los extremos creo que no es buena. La salud es algo similar, pienso que es encontrar el equilibrio en la vida. Está bien que busquemos y creemos felicidad, es un buen objetivo, no creo que sea tan bueno el consumir felicidad sin sentido. Las emociones y las sensaciones son mensajes que nos quieren transmitir una información relevante. Como ya he dicho alguna vez por aquí y también comento en Un filósofo de campamento, el dolor es un mensaje, y no por apagar la alarma de incendios hemos acabado con el incendio. La tristeza, la depresión, la frustración, la desesperanza y cualquier emoción o sensación “negativa” o desagradable nos está informando de algo, algo que podemos mejorar en nuestra vida.


Estar constantemente inyectándonos dosis de felicidad para no sentir otra cosa lo considero insano, me parece un extremo. Darme cuenta de esto hizo que abandonara mi camino hacía ser un felicísimo de la vida y siguiera buscando por otro lado. Siempre he buscado la salud y la virtud, y posiblemente sea cierto que se encuentre en el punto medio. Sigo buscando, probando, practicando, creando y desarrollando, pienso que es un camino que no tiene final y esto lo veo de modo positivo, pues nos permite seguir progresando continuamente. Creo que la sensación de progresión y avance nos ofrece una de las mejores emociones de vivir.


Me gusta la inteligencia emocional y la autogestión de las emociones. De lunes a viernes enviamos con QuiroTao frases motivadoras, inspiradoras y/o que invitan a la reflexión. No pretendiendo inyectar felicidad sin sentido, sino buscando incitar o ayudar a las mentes en su propio camino o proceso hacia la felicidad. Hoy por hoy, personalmente creo que la felicidad es el resultado e indicador de una vida sana y bien vivida. ¿Cómo se hace eso? En ello estamos todos, siempre caminando :) Feliz camino!

domingo, 28 de septiembre de 2014

Vivimos por y para las emociones

¿Qué diferencia la vida de la muerte? ¿Qué nos hace vivir? ¿Qué es vivir? Todas estas son quizás preguntas difíciles de responder, pero podemos ir aproximándonos con algunas respuestas sencillas. Simplemente haciendo una observación por contraste, ¿qué tiene la vida que no tiene la muerte? Recordemos que la muerte forma parte de la vida, no es su enemiga, es su punto final, su destino inevitable. La muerte sirve para poner en perspectiva a la Vida, para poder apreciarla y valorarla como se merece. Creo que es muy beneficioso aprender a aceptarlo y fluir con la vida y la muerte. No voy a entrar a discutir los pros y los contras de ser inmortales, ya comenté algo sobre ello en la entrada No somos perfectos ni falta que hace.


Volviendo a la pregunta de contraste, Vida vs muerte. Supongo que se os ocurrirán muchas respuestas, la vida tiene movimiento para empezar. No me voy a poner metafísico, hoy es una reflexión sencilla y breve. De las cosas más importante que he encontrado como diferencia entre la vida y la muerte son las emociones. Muchas veces me he preguntado para qué vivimos, además de por qué vivimos, mis dos preguntas favoritas, para qué y por qué. Y creo que una buena respuesta, al menos a mí me vale por ahora, es que vivimos por y para las emociones.


Supongo que muchos habréis oído que “No hay nada comparable a la emoción de _________”. Podéis rellenar a vuestro gusto. Últimamente he oído unas cuantas y se me ocurren otras muchas, de hecho desde hace tiempo presto más atención a las emociones, por si fuera esto lo que es la Vida, y sí, si estamos atentos la Vida está repleta de emociones. Es interesante saborearlas, no ir por la vida corriendo y apresurado, devorando días, minutos, sensaciones y emociones sin apenas apreciarlas. Creo que podemos hacerlo mejor, que podemos disfrutar más de nuestro tiempo aquí, y quizás para ello sea útil encontrar nuestro ritmo que nos permita disfrutar de la Vida. Personalmente pienso que me viene bien vivir más despacio, ya sabéis, vamos despacio porque vamos lejos.


Todos los días tenemos infinidad de oportunidades de saborear emociones, algo que supuestamente no tendremos cuando estemos muertos, así que por si acaso, no las dejemos escapar. Supongo que alguna vez os habréis preguntado ¿Y todo este esfuerzo para qué? Una buena respuesta puede ser por vivir la emoción del proceso o del resultado. Aquí también conviene no obsesionarse con el resultado y recordar que nos pasamos más tiempo en los caminos que en las metas, así que saboreemos el camino si es posible.


No hay emoción comparable a ser padre, a estar enamorado, a obtener algunos títulos, a sacar nota en algunos exámenes, a obtener buenos resultados en algunas competiciones... a respirar la calma, cerrar nuestra primera venta, firmar un buen contrato, ayudar satisfactoriamente a una persona... encontrar o crear el hogar que quieres... Ciertamente hay infinidad de emociones que bien valen todo el tiempo y dedicación invertidos. La Vida está llena de oportunidades, regalos y sorpresas agradables, podemos apreciarlas o pasar de lado sin darnos cuenta. Podemos emocionarnos, o como algunos dicen estar muertos en vida si nada nos emociona.


Sinceramente creo que hay posibilidades de sobra para poder emocionarnos con la Vida, disfrutad todo aquello que os apasione, VIVAMOS! :) Si tienes dudas sobre qué hacer con tu vida aquí tienes algunas preguntas que pueden ayudarte a encontrar tus respuestas.



sábado, 13 de septiembre de 2014

¿Quiero ser famoso o cambiar el mundo?

Hoy me ha asaltado esta pregunta, y como casi siempre que me hago preguntas disyuntivas (escoger esto o esto otro) me entra la risa y pienso en escoger una nueva opción que no planteaba la pregunta o quedarme con todo, como os compartía en la entrada Mente o corazón.


Esta pregunta ha surgido después de pasar un rato revisando el correo y mis listas de suscripción a otros blogs. Sigo a bastantes personas y entidades de temas que me resultan interesantes como la productividad personal (Jerónimo Sánchez), el minimalismo (ValeDeOro), el liderazgo (Robin Sharma) y las noticias positivas (enpositivo.com). Estas son las que he revisado esta mañana, y alguna otra que me haya encontrado de camino. El resultado después de leer unas cuantas entradas de cada sitio ha sido esta pregunta, pero... ¿queremos ser famosos o cambiar el mundo? No hay respuesta mala, incluso es muy válida la respuesta combinada, querer ambas cosas.


Sigo a muchos motivadores o expertos en liderazgo, educación y aprendizaje del mundo anglosajón, me ayuda a inspirarme y nutrirme para las ideas y frases que compartimos a diario con QuiroTao. Muchos de ellos son norteamericanos, su estilo me gusta por lo general más que lo que encuentro en castellano, más directo, más conciso, más práctico. Menos dulce, espiritual o bondadoso de lo que suelo encontrarme entre quienes escriben en español. Más centrados en los objetivos personales de cada uno, ya me encargo yo de hacer la mezcla que me gusta entre el bien propio y el bien común. A propósito de esto, me estoy leyendo ahora el libro “Nuestra hora en el escenario” de Richard Vaughan, el dueño y creador de las academias y métodos de aprendizaje de idiomas, residente en España desde hace 40 años, nació en Texas y vivió en USA hasta los 23 años, interesante su visión del mundo y la vida.


El caso es que leyendo de Robin Sharma y Richard Branson, hoy me han saturado de este gusto por ser famosos, por ser siempre lo más en todo lo que hago y centrar todo a la excelencia, el máximo desarrollo y siempre el número uno y los más altos de la cima. Pienso que esto puede llevarnos a una carga de estrés, y un agobio que no me parece sano. Una de sus ideas es el club de las 5am, levántate a las 5 de la mañana y ponte a trabajar, a esa hora nadie te distraerá y serás más productivo. Me vais a perdonar si no me acaba de convencer la idea... ¿qué necesidad hay? ¿es sano? Igual es que no estoy suficientemente comprometido con mis objetivos, pero hoy por hoy no veo la necesidad de levantarme tan pronto para trabajar. Yo me pregunto, vale, ya eres el número uno en lo que haces, pero ¿Disfrutas tu vida? Porque igual mi objetivo es disfrutar mi vida, y no ser el emprendedor del año... Por eso considero muy importante que analicemos bien nuestros objetivos y escala de valores, y no vayamos por ahí viviendo los sueños de otros o los que aplaude la sociedad actual, adoptando estilos de vida diseñados para llegar a resultados que igual no queremos alcanzar.


Reconozco que quiero dejar mi huella en el mundo, que puede que ya lo haya hecho, he compartido ideas y aprendizajes con muchas personas, tenemos este blog y he publicado un libro ameno con una selección de reflexiones e ideas muy útiles y prácticas para la Vida. Un filósofo de campamento ya debe andar por las 500 lecturas, que puede parecer poco o ser todo un triunfo poder haber aportado algo a 500 vidas... Pienso que la fama puede aumentar nuestra capacidad de impacto o influencia, lo mismo pienso de los puestos de dirección. Por ello siempre me ha atraído la idea de influir en las personas que dirigen, mandan o tienen seguidores, porque pienso que un cambio en estas personas afecta a muchas más personas, tanto para bien como para mal, si esa persona cambia para bien su efecto positivo se notará en más personas. Siempre he pensado que un buen jefe de una empresa hace un efecto positivo en la vida de sus empleados y por tanto en sus familias. Pero también es real el caso de una persona sin cargo de dirección que con su buen hacer influye positivamente en su círculo y esta influencia se propaga a incontables personas... como también plantea Robin Sharma en su libro el lider que no tenía cargo.


El resumen de todas estas reflexiones podría ser que escojas lo que escojas, observa si hace tu vida más feliz, porque si eres feliz irradias felicidad, y creo que eso es beneficioso para el mundo. Creo que siempre es positivo invertir en felicidad, por ti y por quienes te rodean y se inspiran contigo. Quizás no hace falta ser famoso o una persona de éxito según los actuales cánones de la sociedad para vivir una vida de la que te sientes afortunado y satisfecho. Igual no hace falta ser conocido mundialmente o a nivel nacional para hacer bien lo que quieres aportar al mundo. Igual yo no tengo ni idea y estoy equivocado, que todo puede ser. Escoge tu respuesta y vive feliz con tus decisiones :)


viernes, 12 de septiembre de 2014

Intuición, sospecha, creencia y convicción.

Hoy voy a reflexionar un poquito sobre estos conceptos o ideas. Igual no significan lo mismo para mí que para vosotros, seguidme un poco y descubriremos si usáis estas palabras del mismo modo que yo y si mis ideas al respecto os pueden ser de utilidad.


Creo que de siempre me ha apasionado el aprendizaje, ya sabéis, esta cualidad maravillosa que tenemos muchos seres humanos de incorporar en nuestra mente y persona nuevas cosas, de transformarnos y adquirir nuevas habilidades. Me parece una habilidad maestra que nos permite infinidad de posibilidades, por eso me fascina como ya compartí en la entrada La Vida, el juego de rol definitivo.

Este verano he conocido unas cuantas personas muy interesantes que me han hecho pensar y repensar algunas cosas. Siempre me ha sorprendido, y también me ha dado un poco de rabia, encontrar a personas más jóvenes que hayan llegado antes que yo a conclusiones o ideas que a mí me han costado bastante tiempo. Lo reconozco, me considero un frikazo mental y estoy más acostumbrado a debatir con personas más mayores sobre los aprendizajes de la vida. Desde siempre me ha gustado hablar de cosas profundas con personas más mayores y experimentadas que yo. Buscando las instrucciones de la vida en los aprendizajes de los que van más adelantados.

Pienso que todos tenemos el regalo diario del tiempo y cada uno lo usa como quiere, por ello cada uno somos diferentes y cada uno tiene más conocimientos y dominios sobre unas cosas que otros. Me gusta, aunque piense que me ganen, conocer a personas más jóvenes y sus ideas, es de las maravillas de compartir, poder conocer y disfrutar los descubrimientos de otras personas. El caso es que este verano tras el impacto inicial por encontrar personas con aprendizajes vitales avanzados he vuelto a reflexionar sobre el proceso de aprendizaje y algo que considero muy importante, la diferencia entre saberlo y vivirlo.


Sí, esto creo que es muy importante, no es lo mismo saber cómo se hace, que hacerlo. Por la misma razón que no es lo mismo información que conocimiento, ni conocimiento que sabiduría. Ya compartí mis reflexiones al respecto en la entrada “defecto o exceso de información”. Varias veces he hablado con algunas personas sobre la diferencia entre saber cómo se hacen las cosas y vivirlas. Creo que hay un proceso de aprendizaje e interiorización desde que descubres algo que te gustaría incorporar en tu vida hasta que lo logras. Creo que discurre por las cuatro etapas que dan título a la entrada: Intuición, sospecha, creencia y convicción.

Intuición. Todos intuimos cosas, todos tenemos un “algo” que nos hace pensar que hay algo más, o que algunas cosas tienen explicaciones, que hay algo que podemos descubrir. Primero pasamos por esa etapa en la que “algo” nos hace sentir que hay algo más o que hay una explicación a nuestra duda o interés.

Sospecha. Pasado un tiempo de esta intuición intangible pasamos a una sospecha, un estado mental mucho más claro, sospechamos que existe ese algo que buscamos, o esa manera de alcanzar algo y supongo que es cuando empezamos a investigar.

Creencia. Puede ser que gracias a conocer nuevas cosas de la sospecha pasemos al conocimiento y la creencia. Ahora sabemos que existe, o bien que hay un método para alcanzarlo o crearlo. A esta etapa solemos llegar con ayuda y acuerdo de otras personas, estudios y opiniones.


Convicción. En la etapa de creencia nos lo creemos pero quizás no lo hemos experimentado por nosotros mismos, con lo cual podemos creérnoslo pero no tenemos la certeza o la convicción de que es cierto al cien por cien. Nos hace falta experimentarlo para convencernos de ello. Una vez que conseguimos experimentarlo por nosotros mismos ya no existe duda alguna y por fin se produce un avance cualitativo. Puedes creer saber cómo se monta en bici o tener la certeza de que sabes montar en bici porque lo estás haciendo. Y si todo fuera como montar en bici, una vez que lo vives no lo olvidas, esto es el aprendizaje verdadero.

Os pongo un caso personal para ilustrarlo un poco mejor. De siempre he tenido la intuición y después la sospecha de que mi vida tenía un propósito o un sentido, así como la vida de todas las personas humanas. A raiz de estudiar diferentes escritos, tradiciones, religiones y tratados filosóficos podemos llegar a la creencia de que la vida humana tiene un sentido y propósito.


Quizás es porque aún no entiendo muy bien el concepto de la fe, pero para mí esto aún no era suficiente. Me falta vivirlo, experimentarlo en mis carnes, vivir de verdad el sentido o propósito de mi vida. Pienso que he tenido algunos destellos, algunos guiños de la vida, algunas situaciones que parecían quererme dar a entender que iba bien encaminado en mi búsqueda, pero aún así me faltaba la certeza, la convicción indudable de que estaba en lo cierto porque así lo vivía.

Es una gozada cuando consigues pasar de conocer algo a vivirlo, por eso me gusta tanto la filosofía práctica, o la aplicación práctica de todo, porque en teoría todo vale, pero cuando lo vives no hay dudas. Actualmente creo que estoy apunto de alcanzar la certeza de que el sentido o propósito de la vida es disfrutarla. Queda muy bonito leerlo una y mil veces, descubrir que muchas personas sabias han llegado a esa conclusión a lo largo de la historia de la humanidad, pero quizás necesitemos llegar a experimentarlo nosotros mismos por nuestra cuenta propia. Este vídeo me emociona de un modo muy peculiar, para mí esto es el disfrute de la vida porque sí, por naturaleza.


Simplemente compartir estas reflexiones por si os son útiles en vuestra vida y vuestros procesos de aprendizaje. La vida no es circular, es espiral, así que aunque parezca que damos vueltas sobre lo mismo o repetimos situaciones, cada vez lo hacemos un poquito más alto y así vamos afianzando el aprendizaje. ¿Alguna opinión al respecto? ¿Has pasado de creer algo a vivirlo? Quiero conocer tus experiencias, cuéntame! Sigamos disfrutando la vida (por si acaso) :)