La búsqueda de una
pareja adecuada es una situación en la que casi todos nos hemos
visto o nos veremos implicados en más de una ocasión, creo que es
una de las cosas que más interesan a muchas personas y creo que hay
algunas consideraciones que nos ayudan a alcanzar nuestro
éxito.
Lo primero, dejemos de
buscar y empecemos a encontrar o dejarnos encontrar. Parece una
tontería, como muchas cosas que digo, pero tiene importancia. Veo
muchas personas buscando sin pararse a mirar, personas que se cruzan
tan obsesionados en su proceso de búsqueda que son incapaces de
verse. Y si lo que quieres es una pareja, ¿es muy raro pensar que
esa persona también esté buscando? Pues mira a ver si te dejas ver
y das algunas pistas, no te optimices como buscador y te olvides de
dejarte encontrar. Tampoco me parece muy acertado el otro extremo,
esas personas que no sé de dónde han sacado la peregrina idea de
que su pareja vendrá a buscarles al sofá de su casa o a sus
entrenamientos.
Respecto a esta idea de
buscar, encontrar y dejarse encontrar hay un par de historias muy
curiosas que en su momento las conocí refiriéndose a la búsqueda
de la verdad, Dios, o el sentido de la vida; se pueden aplicar a todo
lo que queramos encontrar. Una de las historias cuenta de una persona
que estaba buscando un anillo en la zona iluminada al pie de una
farola y otra persona que pasaba por allí le preguntó qué hacía y
si le podía ayudar. Le contestó que buscaba su anillo y ambas
personas se pusieron a buscar. Una vez que la segunda persona hubo
buscado sin éxito por la zona le preguntó “¿Estás completamente
seguro de que has perdido tu anillo por aquí?” A lo que nuestro
primer buscador respondió “No, no lo perdí por aquí, pero donde lo perdí está muy oscuro y me asusta, por aquí hay luz y veo
mejor”. Fabuloso, ¿eh? Menudo artista el protagonista. ¿Cuántas
veces no habremos hecho nosotros algo parecido? Ya podemos echar la
vida entera buscando así sin encontrar nada... oscuridad, miedos y
luces.
La otra historia habla de
alguien que decide que lo que quiere encontrar se encuentra en una
habitación concreta y al no encontrarlo se deprime y desespera sin
contemplar la opción de que quizás no se encuentre en la limitada
área de búsqueda que ha determinado. Es un poco como pedir peras a
un olmo, y llorar porque no nos da peras. Esto lo veo bastante a
menudo, personas que dicen querer encontrar una persona con
determinadas características y pretenden hacerlo en lugares que personas así no suelen frecuentar. Lo mejor es su respuesta
“Yo tampoco suelo venir a estos sitios y aquí estoy, no es
imposible”. Correcto, si imposible no es, es bastante improbable,
pero vamos, que cada uno es libre de hacer las cosas como quiera.
Así que ya que vamos a
optimizar un poco nuestro proceso centrémonos en los objetivos,
¿Realmente qué es lo que queremos encontrar? Este ejercicio lo he
hecho con muchas personas (me encanta ser un poco Hitch), realmente
les ha funcionado bastante bien, además de las risas que nos hemos
echado en el proceso. Parece una tontería pero todos tenemos unas
ideas más o menos claras sobre lo que queremos, y si no las tenemos, seguro
que sí tenemos claras unas cuantas cosas que no queremos. Una vez un
amigo me dijo “Yo sólo pido una cosa, que no me toque los
cojones”. Con el paso del tiempo ha ido añadiendo unas cuantas
características más a su escueta lista, y eso está bien porque nos
permite afinar y descartar lo que no nos vale.
Hace un par de días
aprendiendo nuevas cosas sobre el aprendizaje (viva la redundancia)
dí con una idea curiosa y bien útil: “Si quieres encontrar una
aguja en un pajar, descarta la paja”. Se refería a que a la hora
de aprender mejor, uno tiene que decidir qué quiere aprender y
descartar lo que no quiere aprender. En nuestro proceso esta idea
también nos será útil, muchas veces estaremos tentados de
aceptar cosas que no nos valen, nos ayudará entonces recordar la
idea de descartar lo que no nos vale para encontrar lo que queremos.
Esto me pasó también con otro amigo que hace tiempo buscaba pareja,
actualmente está felizmente emparejado disfrutando de los retos de
esa etapa. Tuvimos que reforzar un par de veces la siguiente idea “Si
quieres una pareja no aceptes rollos de una noche, porque no es lo
que quieres y te distrae y te aleja de tu objetivo principal.
Concentra tu tiempo y energías en lo que realmente quieres,
céntrate.”
Es muy fácil dejarse tentar por los placeres, pero si
no es lo que queremos nos dejarán vacíos. Define qué quieres del
modo más concreto posible, eso ya es medio camino hasta ello. Próximamente
hablaremos sobre lo que queremos y lo que nos gustaría, que a veces
no es lo mismo. Recuerda que vivimos por y para las emociones, lo
que realmente buscas son emociones, y no siempre las cosas suceden
como nosotros hemos planeado. En mi caso considero que mi chica ideal es
morena y deportista, eso es lo que me gustaría; lo que quiero es enamorarme, y si sucede con una chica rubia y fumadora pues ole su arte,
porque ya tenía dos puntos en contra.
Voy a escribir unas
cuantas entradas sobre este tema, que me resultan muy interesantes
los diferentes métodos y herramientas que hemos desarrollado para
ello. Serán entradas cortitas con un par de ideas claves a tratar y
reforzar, las de hoy son “acuérdate de dejarte encontrar, vé a
los lugares adecuados y céntrate en lo que realmente quieres,
descarta lo que no quieres”. Si quieres leer alguna otra entrada
relacionada mientras escribo las nuevas, en este enlace tienes las entradas con la etiqueta de pareja.
Llegará, todo llega y
todo pasa, si quieres una pareja no estás sin pareja, estás en una
etapa inter-parejas, disfruta este momento y proceso que también
tiene muchas cosas buenas! :)
Enhorabuena Dani. Muy buen post.
ResponderEliminarGracias titán! Aprendizajes del camino, y lo que nos queda por aprender! :)
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