domingo, 10 de mayo de 2015

Que hacer en la vida

Probablemente te hayas enfrentado varias veces a la duda sobre qué hacer en la vida. Es una cuestión que se nos puede presentar en repetidas ocasiones a lo largo de nuestra vida, la solucionamos por un tiempo, y cuando ya creíamos que lo habíamos resuelto definitivamente nos aparece de nuevo. Creo que la duda y el cambio son constantes en la vida, y por tanto nos hará bien aprender a gestionarlos.


Hoy os comparto una idea muy sencilla que me sirve bien para ayudarme ante las dudas. No sé qué es lo que tienes que hacer en tu vida, no puedo darte esa respuesta; igual que a veces tampoco puedo dármela a mi mismo con certeza absoluta. Imagino que por eso creamos las religiones, una serie de respuestas y patrones que nos ayudan a dirigir y orientar nuestras vidas para vivir con menos dudas, o eso parece. A día de hoy sigo sin haber experimentado la fe, sigo organizando mi vida en torno a la razón y mi propia experiencia. No sé cómo sería mi vida si tuviera convicciones religiosas y algunas creencias férreas sobre el sentido y el significado de la vida, todo lo que tengo son mis preguntas y las respuestas que acierto a darme.

Es una idea que bien aplicada marca una gran diferencia en nuestras vidas, para ello hace falta identificar nuestras fortalezas y debilidades, pero no entendidas como aquellas cosas que sabemos hacer bien o mal, aquellas cosas que dominamos o aquellas cosas que no tenemos controladas. Se trata de identificar nuestras fortalezas entendidas como aquellas actividades que nos fortalecen, y nuestras debilidades como aquellas otras que nos debilitan. Las cosas que nos fortalecen son aquellas que no nos agotan, al margen de lo bien o mal que sepamos hacerlas, cuando las hacemos no nos cansamos sino que nos alimentan el ánimo. Y nuestras debilidades serán por tanto aquellas actividades que nos consumen el ánimo, al margen de lo bien que lo hagamos, tras hacerlas acabamos agotados anímicamente.


Esta idea me impactó cuando empecé mi formación como responsable de Decathlon, una de las indicaciones a la hora de contratar trabajadores nos orientaba a encontrar “una persona que acaba el día con más energía que al empezarlo”. Es algo que me chocó pues en principio se da de tortas con la idea del cansancio, se supone que nos despertamos descansados y a lo largo del día nos vamos cansando, ¿no? Pues para muchas personas será así, acabarán el día cansados y agotados, y otras pocas han sabido encontrar la manera de que no sea así, y si bien pueden estar cansados físicamente, anímicamente su día les ha sumado y su ánimo es mayor al acabar el día que al empezarlo. Para mí ese es el objetivo, si salgo de la cama es para mejorar lo que ya tengo, no para agotarme sin sentido ni beneficio.

Visto así puede parecer obvio, como muchas de las cosas que comparto, pero ¿cuántas personas nos dedicamos realmente al propósito diario de mejorar nuestro ánimo a lo largo del día y no dejarnos agotar por el día? Que sé que todos queremos ser felices y disfrutar de la vida, pero en ocasiones parece que eso lo dejamos como un objetivo general al que no entramos a especificar cómo lograrlo, sino que esperamos que suceda por el simple hecho de desearlo. Hay una gran frase que dice, así cómo vives tus días vives tu vida, y por tanto tu felicidad global es la suma de la felicidad de cada uno de tus días, y si entramos más al detalle es la suma de cada una de tus horas, ¿cuántos malgastamos horas de nuestra vida sin darle importancia? En ocasiones estamos desperdiciando lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo de vida, algo de lo que no podremos conseguir más.

El otro día leí una especie de explicación científica de la pereza. La pereza es una tendencia natural que procura que no nos cansemos, nos induce a gastar el mínimo de energía posible. Parece ser que tiene su sentido natural basado en la falta de certeza de poder recuperar en el futuro la energía gastada, por tanto nos impulsa de manera natural a ahorrar energía. Eso sería bastante útil en el pasado, cuando de verdad no sabíamos si íbamos a poder recuperar la energía que gastásemos, pero hoy en día la mayoría de nosotros tenemos acceso a comida y descanso suficiente como para recuperar lo que gastemos, con lo cual la pereza pierde su valor positivo y nos induce a la apatía que no nos beneficia al ánimo. No sé si os habrá pasado, pero una de las sensaciones que más detesto es irme a la cama sin cansancio y sin la sensación de que el día ha merecido el esfuerzo, me cuesta conciliar el sueño si siento que el día no ha sido bien aprovechado o he hecho algo relevante. Nada comparable con la gran sensación de irse a la cama cansado físicamente y satisfecho mental y anímicamente. Por eso creo que hoy en día la pereza ya no es positiva, y sí lo es dedicar nuestro tiempo de vida a aquellas cosas que nos alimentan las ganas de vivir más tiempo.


Por todo esto, mi propuesta es identificar nuestras fortalezas y debilidades, y en la medida que podamos, ir dedicando nuestra vida a nuestras fortalezas. De este modo disfrutaremos cada día y entraremos en un círculo virtuoso (lo contrario de un círculo vicioso), un círculo en el que cuanto más tiempo dedicamos a lo que nos alimenta el ánimo mejor lo hacemos y mejor nos sentimos. Es bastante útil servirse en la vida de las inercias y crear buenos hábitos que nos lleven a mejores estados de ánimo que dejarnos caer en los malos que nos arrastran hasta la parte más baja de las emociones.


Si no sabes qué hacer en la vida y tienes libertad para elegir, mi recomendación es que identifiques aquellas cosas que te alimentan el ánimo, aquellas en las que pierdes la noción del tiempo y cuando paras no estás agotado. No sé si serán tus pasiones, o aquellas cosas en las que mejor fluyes. Decide si son aquellas cosas a las que querrías dedicar gran parte de tu vida, aquellas que te aporten más ganas de vivir, aquellas con las que terminas el día con ganas del siguiente. Es bastante parecido a estar enamorado, cuando te enamoras de alguien cualquier tiempo pasado en su compañía te parece poco y siempre tienes ganas de más, ¿podrías lograr lo mismo con tu vida? Ah, y no te obsesiones ni agobies, que no tienes que solucionar esto de una sola vez, tu vida cambiará y nos enfrentaremos a la duda sobre qué hacer en la vida en más de una ocasión. Puedes probar varias opciones, no hay una sola respuesta valida, será como vivir varias vidas en una. Sea como sea, procura disfrutar el camino :)


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Ah! una última recomendación, en caso de duda entre dos opciones tira una moneda al aire. Mientras la moneda esté en el aire quizás sientas predilección por una de las opciones, y si no, cualquier resultado que te dé la moneda estará bien ;)

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