Probablemente te hayas enfrentado
varias veces a la duda sobre qué hacer en la vida. Es una cuestión
que se nos puede presentar en repetidas ocasiones a lo largo de
nuestra vida, la solucionamos por un tiempo, y cuando ya creíamos
que lo habíamos resuelto definitivamente nos aparece de nuevo. Creo
que la duda y el cambio son constantes en la vida, y por tanto nos
hará bien aprender a gestionarlos.
Hoy os comparto una idea muy sencilla
que me sirve bien para ayudarme ante las dudas. No sé qué es lo que
tienes que hacer en tu vida, no puedo darte esa respuesta; igual que
a veces tampoco puedo dármela a mi mismo con certeza absoluta.
Imagino que por eso creamos las religiones, una serie de respuestas y
patrones que nos ayudan a dirigir y orientar nuestras vidas para
vivir con menos dudas, o eso parece. A día de hoy sigo sin haber
experimentado la fe, sigo organizando mi vida en torno a la razón y mi propia experiencia. No sé cómo sería mi vida si tuviera
convicciones religiosas y algunas creencias férreas sobre el sentido
y el significado de la vida, todo lo que tengo son mis preguntas y
las respuestas que acierto a darme.
Es una idea que bien aplicada marca una
gran diferencia en nuestras vidas, para ello hace falta identificar
nuestras fortalezas y debilidades, pero no entendidas como aquellas
cosas que sabemos hacer bien o mal, aquellas cosas que dominamos o
aquellas cosas que no tenemos controladas. Se trata de identificar
nuestras fortalezas entendidas como aquellas actividades que nos
fortalecen, y nuestras debilidades como aquellas otras que nos
debilitan. Las cosas que nos fortalecen son aquellas que no nos
agotan, al margen de lo bien o mal que sepamos hacerlas, cuando las
hacemos no nos cansamos sino que nos alimentan el ánimo. Y nuestras
debilidades serán por tanto aquellas actividades que nos consumen el
ánimo, al margen de lo bien que lo hagamos, tras hacerlas acabamos
agotados anímicamente.
Esta idea me impactó cuando empecé mi
formación como responsable de Decathlon, una de las indicaciones a
la hora de contratar trabajadores nos orientaba a encontrar “una
persona que acaba el día con más energía que al empezarlo”. Es
algo que me chocó pues en principio se da de tortas con la idea del
cansancio, se supone que nos despertamos descansados y a lo largo del
día nos vamos cansando, ¿no? Pues para muchas personas será así,
acabarán el día cansados y agotados, y otras pocas han sabido
encontrar la manera de que no sea así, y si bien pueden estar
cansados físicamente, anímicamente su día les ha sumado y su ánimo
es mayor al acabar el día que al empezarlo. Para mí ese es el
objetivo, si salgo de la cama es para mejorar lo que ya tengo, no
para agotarme sin sentido ni beneficio.
Visto así puede parecer obvio, como
muchas de las cosas que comparto, pero ¿cuántas personas nos
dedicamos realmente al propósito diario de mejorar nuestro ánimo a
lo largo del día y no dejarnos agotar por el día? Que sé que todos
queremos ser felices y disfrutar de la vida, pero en ocasiones parece que eso lo
dejamos como un objetivo general al que no entramos a especificar
cómo lograrlo, sino que esperamos que suceda por el simple hecho de
desearlo. Hay una gran frase que dice, así cómo vives tus días
vives tu vida, y por tanto tu felicidad global es la suma de la
felicidad de cada uno de tus días, y si entramos más al detalle es
la suma de cada una de tus horas, ¿cuántos malgastamos horas de
nuestra vida sin darle importancia? En ocasiones estamos
desperdiciando lo más valioso que tenemos, nuestro tiempo de vida,
algo de lo que no podremos conseguir más.
El otro día leí una especie de
explicación científica de la pereza. La pereza es una
tendencia natural que procura que no nos cansemos, nos induce a gastar
el mínimo de energía posible. Parece ser que tiene su sentido
natural basado en la falta de certeza de poder recuperar en el futuro
la energía gastada, por tanto nos impulsa de manera natural a
ahorrar energía. Eso sería bastante útil en el pasado, cuando de
verdad no sabíamos si íbamos a poder recuperar la energía que
gastásemos, pero hoy en día la mayoría de nosotros tenemos acceso
a comida y descanso suficiente como para recuperar lo que gastemos, con lo cual la
pereza pierde su valor positivo y nos induce a la apatía que no nos
beneficia al ánimo. No sé si os habrá pasado, pero una de las
sensaciones que más detesto es irme a la cama sin cansancio y sin la
sensación de que el día ha merecido el esfuerzo, me cuesta
conciliar el sueño si siento que el día no ha sido bien aprovechado
o he hecho algo relevante. Nada comparable con la gran sensación de
irse a la cama cansado físicamente y satisfecho mental y
anímicamente. Por eso creo que hoy en día la pereza ya no es positiva, y sí lo es dedicar nuestro tiempo de vida a aquellas cosas que nos alimentan las ganas de vivir más tiempo.
Por todo esto, mi propuesta es
identificar nuestras fortalezas y debilidades, y en la medida que
podamos, ir dedicando nuestra vida a nuestras fortalezas. De este modo
disfrutaremos cada día y entraremos en un círculo virtuoso (lo
contrario de un círculo vicioso), un círculo en el que cuanto más
tiempo dedicamos a lo que nos alimenta el ánimo mejor lo hacemos y
mejor nos sentimos. Es bastante útil servirse en la vida de las
inercias y crear buenos hábitos que nos lleven a mejores estados de
ánimo que dejarnos caer en los malos que nos arrastran hasta la
parte más baja de las emociones.
Si no sabes qué hacer en la vida y
tienes libertad para elegir, mi recomendación es que identifiques
aquellas cosas que te alimentan el ánimo, aquellas en las que
pierdes la noción del tiempo y cuando paras no estás agotado. No sé
si serán tus pasiones, o aquellas cosas en las que mejor fluyes.
Decide si son aquellas cosas a las que querrías dedicar gran parte
de tu vida, aquellas que te aporten más ganas de vivir, aquellas con
las que terminas el día con ganas del siguiente. Es bastante
parecido a estar enamorado, cuando te enamoras de alguien cualquier
tiempo pasado en su compañía te parece poco y siempre tienes ganas
de más, ¿podrías lograr lo mismo con tu vida? Ah, y no te
obsesiones ni agobies, que no tienes que solucionar esto de una sola
vez, tu vida cambiará y nos enfrentaremos a la duda sobre qué hacer
en la vida en más de una ocasión. Puedes probar varias opciones, no
hay una sola respuesta valida, será como vivir varias vidas en una.
Sea como sea, procura disfrutar el camino :)
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Ah! una última recomendación, en caso de duda entre dos opciones tira una moneda al aire. Mientras la moneda esté en el aire quizás sientas predilección por una de las opciones, y si no, cualquier resultado que te dé la moneda estará bien ;)
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