Hay una frase que me gusta mucho y es
muy útil para varias cosas “El tiempo vuela, el piloto eres tú”.
Lo mismo pasa con la atención, nuestra mente es una grandísima
herramienta, y nosotros somos los que la manejamos... o somos manejados por la mente si la dejamos en piloto automático. Hoy os voy a
contar una historia personal sobre cómo manejar nuestra atención
puede cambiarnos la vida.
Hace tiempo estaba saliendo con una
chica que a mí me gustaba mucho, era feliz y disfrutaba de la
relación, todo genial y casi sin pegas. El caso es que tengo muy
buenos amigos, esos que tienen el valor de decirte las verdades a la
cara, la cruda realidad, sin tapujos, sin suavizarte las cosas, cual puñetazo en el ojo. Son
amigos necesarios, son un contrapunto necesario en muchas ocasiones,
no sé dónde andaría si no fuera por sus crudas opiniones que me
sirven para equilibrar las mías y poner las cosas en perspectiva.
Creo que soy de naturaleza ultraoptimista y a veces me puede venir
bien considerar otros puntos de vista. Muchas veces tengo el instinto natural de
tirarme a la piscina confiando en que haya agua, y a veces me doy el
bofetón en piscinas vacías. No pasa nada, te levantas, te sacudes
el polvo, comentas “habría que ir cambiando el agua de esta piscina, que está
cogiendo cuerpo” y sigues con tu vida dignamente.
Pienso que cuando nos metemos mucho en
una situación perdemos perspectiva, es como cuando juegas a un juego
con vista en primera persona, te falta la vista aérea de conjunto, y
aquí es donde pueden ayudarte otras personas a proporcionarte una
visión desde fuera. Esto sirve para todo tipo de situaciones,
especialmente en las problemáticas, cuando uno está en una tormenta
quizás se olvida de que hay mundo más allá de la tormenta, de que
esa situación es temporal y puntual, no es permanente y no es todo
su mundo. Se agradecen las opiniones desde fuera, siempre recordando
que son eso, opiniones, no siempre son verdades, sólo son opiniones,
otros puntos de vista, otras percepciones de la situación.
El caso es que un día mis amigos me
confesaron su opinión sobre mi pareja, fue bastante directa y
concreta “Tu novia es gilipollas”. Sus opiniones me habían sido
de utilidad en el pasado y por eso no descarte directamente su
opinión, les he pedido en varias ocasiones que me avisen siempre que
me vean caminando en una dirección peligrosa. Tampoco la acepté
como una verdad sin cuestionarla, les pedí que desarrollaran la
idea, que la argumentaran y estuvimos debatiendo sobre ello. Siempre
que puedas llevar algo a la práctica te servirá para comprenderlo mejor, así
que pensé en cómo podría validar o refutar esa opinión. Decidí
vivir unos días viendo a mi pareja según sus ojos, un experimento
cruel y doloroso, y no ha sido de los más duros que he realizado, me
considero un científico empírico, hay que poner a prueba las ideas.
Cuando estaba con ella pensaba “es
gilipollas” y mi mente, que es una herramienta que sólo busca
satisfacernos, justificarnos y evitarnos sufrimientos, se encargaba
de localizar los detalles que justificaran esa idea... y los
encontraba. Y lo que una vez fue algo divertido y gracioso se
convertía en algo banal y absurdo. Lo que fuera reflexivo y maduro
se convertía en gris y aburrido. Lo que había sido peculiar se
convirtió en imperfecto y maniático. Pasé de disfrutar el tiempo
con ella a sufrirlo, y nada había cambiado en ella, su
comportamiento o su manera de ser. Sólo había cambiado mi manera de
verla, sólo había cambiado la intención que yo había dado a mi atención, sólo yo había cambiado el uso que estaba dando a mi
mente, y todo había cambiado para mi.
No sé cuánto tiempo puse a prueba
este experimento, creo recordar que no llegó a tres días. No me
estaba gustando lo que vivía, así que dejé de hacerlo. Y supe cómo
volver a vivir lo que antes vivía y disfrutaba. Supe redirigir mi atención y dotar a mi mente de una nueva intención de búsqueda,
volví a vivir los gestos y detalles de mi chica como divertidos,
graciosos, maduros, experimentados, reflexivos, responsables,
peculiares e imperfectos y aún así apreciables. Elegí lo que
quería ver, lo que quería encontrar, dónde quería poner el foco,
lo que quería justificar para vivir la vida que quería vivir. Podemos ver el pato y el conejo y elegir con qué queremos quedarnos :)
¿Vivía engañado? ¿Qué era la realidad? ¿Alguna de las dos
versiones era más real? ¿Las dos coexistían? No había una
realidad, sólo había interpretaciones, y eso depende de nosotros,
siempre interpretamos la “realidad”, no vivimos la vida como es,
sino como nos la explicamos, nuestra experiencia de la vida depende
de nuestra pauta explicativa. Por eso nuestra mente es tan poderosa,
por eso la felicidad es mental y se puede alcanzar y entrenar, porque
depende de cómo usemos las herramientas de nuestra mente.
A mis amigos les siguió pareciendo que
mi pareja era gilipollas, a mí me siguió pareciendo que era una
persona magnífica y yo vivía mucho más feliz así. Esto es algo
que me ha pasado en más ocasiones con compañeros de estudio y de
trabajo, jefes o clientes, aceptar y asumir las opiniones que otras
personas tenían sobre ellos y empezar a verlos con sus ojos. Hay
veces que me doy cuenta y elijo tener mi propia visión de ellos,
elegir dónde quiero poner el foco, que intención le voy a dar a mi
atención y entonces les veo de modo diferente y la experiencia de mi
vida cambia. Mi relación con ellos es más agradable porque pongo mi
intención y atención en lo que me gusta de su persona. Parece una
tontería, pero para mí es una grandísima herramienta que cambia
totalmente nuestra experiencia de vida, elegir en qué queremos fijar
nuestra intención y atención, todo son percepciones.
Esto no lo aprendí solo. Hubo un
tiempo que siempre encontraba detalles negativos en las personas y
eso las hacía merecedoras de castigos y desgracias; también los
encontraba en mi y por tanto yo mismo me aplicaba los castigos, no era
una época muy feliz de mi vida. Gracias a una pareja descubrí que
podía cambiar mi intención y atención y ver la vida con sus ojos,
ver los detalles apreciables de las personas que las hacían
merecedoras de nuestro aprecio y cariño, y desde entonces vivo mucho
más feliz, le debo a esta chica toda una vida nueva para mi.
Os cuento esto, porque últimamente he
detectado fallos en mi atención que me hacían ver a algunas
personas como desagradables, pudiendo mejor verlas como apreciables y
disfrutar mi vida. Parece sencillo dominar la técnica y que no se
nos fuera a olvidar nunca, quizás de vez en cuando haya que revisarla y realizar un
mantenimiento periódico de esta técnica tan útil para la vida :)
Feliz día! Vivid a vuestro gusto! :) Total, es vuestra Vida...
gracias
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