Elegimos entre lo que conocemos, sé
que suena obvio, como tantas otras cosas importantes que por obvias
las ignoramos. Elegimos entre las opciones que conocemos, aquellas
que contemplamos, las que creemos posibles o que están a nuestro
alcance, y siempre hay más. Más opciones que a veces no conocemos,
que no creíamos posibles, que no se nos habían ocurrido, que se nos
habían olvidado... Creo que el reto de nuestro tiempo es aprender a
elegir, y también saber manejarnos entre tantas opciones e
información.
Quizá hubo un tiempo en el que había
falta de información, ya no es ese tiempo. Ahora la información
está a un solo click, todo internet y su incontable cantidad de
información está al alcance de quien tenga un ordenador, y cuantos
más idiomas entiendas más información accesible tienes. Esto es un
nuevo reto, gestionar adecuadamente tanta información. Porque
información no significa lo mismo que conocimiento. Igual que
conocimiento no es lo mismo que sabiduría.
Información son los datos,
conocimiento es saber qué significan o para qué sirven esos datos,
y sabiduría es hacer el mejor uso de ello. Creo que hay un frase que
dice algo así como “Saber que el tomate es una fruta, es
conocimiento. Sabiduría es no usarlo en una ensalada de frutas”
Esto ha sido así por mucho tiempo, hoy por hoy con la innovación
culinaria cualquier día vemos tomate en ensaladas de fruta...
Cuando mi padre era joven se le
planteaban quizás menos opciones de vida que las que se plantean a
los jóvenes ahora. Ir a hacer la mili sí o sí, luego seguir
trabajando en el campo, ir a probar suerte a una gran ciudad o
estudiar la única carrera que había en la ciudad de al lado del
pueblo. Y eso porque él era afortunado, que los había que no tenían
tantas opciones. Hoy las opciones que se nos plantean son casi
infinitas, incluso no habiendo trabajo en España, se nos plantea la
situación de tener que elegir entre varios países del mundo,
siempre que dominemos algún idioma extranjero y tengamos algo de
dinero o algunos amigos allí. Sino siempre nos queda movernos por
España o probar suerte en latinoamérica. Creo que las opciones que
tenemos hoy en día son mucho mayores que hace 30 años, aunque
algunas cosas parece que aquí están volviendo a esos tiempos...
Ahora los jóvenes (y los no tan
jóvenes) se pueden ver paralizados, entre otras muchas cosas, por
las dos situaciones posibles: defecto o exceso, de información y de
opciones. O bien no tienen información y opciones suficientes o por
el contrario tienen exceso de ambas. Y como ya decían los antiguos
filósofos tan malo es el defecto como el exceso, la virtud está en
el término medio entre los dos extremos. Podemos luchar por cambiar
esto, podemos renegar y enfadarnos por esta situación actual, o
podemos aprender a manejarnos en estos tiempos que nos ha tocado
vivir. Aprender a manejarnos no significa someternos a ellos,
significa desenvolvernos bien en ellos y si queremos, ejercer nuestro
efecto en ellos para cambiarlo.
No bloquearnos ante la aparente falta
de información y opciones, recordar que siempre hay más donde
elegir, así que podemos seguir buscando, contactando con personas y
ampliar nuestra visión preguntando, inventando incluso nuevas
opciones. Más en el mundo laboral, cada día surgen nuevas
profesiones, trabajos y servicios, modificaciones de algunos ya
existentes o mezclas de ellos.
Y para el caso del exceso, tendremos que
acotarnos nosotros las opciones, usar un juego de filtros para
conseguir ir reduciendo el inmenso abanico de opciones hasta
quedarnos con una cantidad que podamos manejar sin agobios y hacer
una buena elección entre el repertorio final. Para ello podemos
elegir en función de nuestros valores, para ello primero tendremos
que saber cuales son nuestros valores, y luego ordenarlos por
importancia. Una vez hecho esto podemos puntuar las diferentes
opciones en función de lo acordes que sean con nuestros valores
principales y así podemos organizarlas por importancia.
También podemos seguir haciendo un
buen uso del magnífico sistema de recomendaciones a la hora de
escoger. Creo que estamos caminando hacia un futuro que estamos
construyendo basado en la confianza, me encanta. En este sistema de
confianza el valor viene dado por las referencias y valoraciones que
dan de las cosas las personas en las que confiamos. Esto ya es así,
el dinero es un sistema de confianza. El dinero se usa porque la
mayoría de las personas han aceptado dar valor y confianza a ese
papel con números y letras, si dejáramos de confiar en ello,
perdería todo su valor. No tiene valor por si mismo, tiene valor
porque nosotros se lo concedemos. Y lo mismo con todo. Pocas cosas
tienen valor por sí mismas, casi todas reciben el valor que nosotros
le concedemos... Ya seguiré con esta idea en próximas entradas.
Ejemplos de opciones y recomendaciones
que nos facilitan la vida podemos ver en las entradas Cambiando el mundo y Disfrutando y cambiando el mundo. El futuro no es algo que nos
llega, es algo que traemos al ahora, así que... a por ello!! A
disfrutarlo!! Feliz día :)
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