viernes, 30 de agosto de 2013

Ritmos de vida, ritmos de amor

Hay muchas cosas por las que estoy agradecido al amor y las relaciones de pareja. Sí, gracias a ello he podido aprender un montón de cosas que de otra manera no habría aprendido, por pereza, por falta de ganas, por falta de interés... Es lo que tiene que te guste aprender lo que aprendes o que te interese y mucho aprenderlo por el motivo que sea, jajajajaja, por supervivencia básicamente.

Como ya he comentado en varias ocasiones, no todos somos iguales, por mucho que nos empeñemos, y ni falta que hace. Por tanto, a parte de que no todos amamos igual, que hay varios lenguajes para el amor, tampoco todos vivimos al mismo ritmo, ni la vida ni el amor. No sé dónde leí que la vida se mide en latidos de corazón, o algo así, creo que realmente la vida se mide en oxidación y fallos en el ADN, pero bueno, eso es más bio-friki. El caso es que las musarañas, esos bichos que son como ratones muy pequeños, viven muy poco tiempo, entre uno y cuatro años, escuché que es porque su corazón late muy rápido, y un elefante o una tortuga viven mucho más porque su corazón va mucho más lento. Mola la Biodiversidad, eh? No sé de quién era la idea esta, pero es curioso darle unas vueltas, ¿quizá viviendo más lento vivamos más? Desde luego el estress nos mata, y tomarnos la vida con más calma es bastante beneficioso para la salud... ahí lo dejo, que yo estoy en ello.



Bueno, nueva reflexión de estos días, como siempre, de obvias y simples que son te puedes quedar igual al leerlo, pero si lo aplicas en tu vida, la cosa cambia, si lo incluimos en nuestra pauta explicativa, viviremos la vida de otra manera. La nueva reflexión es la siguiente: no todos vivimos al mismo ritmo. ¿Te ha cambiado la vida? Imagino que aún no, ahora me explico y quizá conseguimos que haga efecto.

Vamos a llevarlo a uno de los temas en los que quizá mejor podamos entenderlo, no todos amamos o queremos al mismo ritmo. Sí, los hay que somos unos atacaos de la vida, unos ansias, unos motivados, unos acelerados de la vida, que en seguida nos emocionamos y damos todo de nosotros en poco tiempo. Imagino que os habréis encontrado con alguno así por la vida si no sois uno de ellos. Y luego los hay que se toman todo con la caaaaaaaaalma de la vida, que parece que casi no se mueven, que parece que su corazón bombea mantequilla más que sangre, que van por la vida saboreando cada milésima de segundo, apreciando cada pequeño detalle, parándose en cada rincón... Es toda una experiencia ir con personas así de viaje, parece que nunca vayas a llegar a ningún sitio a tiempo.

Los hay que ya tienen todo listo, visto y hecho para antes de ayer, y los que a la hora de salir aún no están listos para empezar a moverse y necesitan un par de horas más; y entre esos extremos, un maravilloso abanico de opciones intermedias. Es más, para según que cosas podemos incluso variar en el tiempo nuestro ritmo de vida, algunas las haremos en segundos, y otras nos pueden llevar meses. Y esta bien, todo esta bien, si queremos verlo así. Si practicamos la tolerancia, la comprensión, la aceptación, el respeto e incluso el cariño, podemos ver que todo está bien, que no pasa nada porque los demás no vayan a nuestro ritmo siempre que encontremos la manera de no hacernos daño con ello. Y para ello, lo primero es darnos cuenta que no todos vivimos al mismo ritmo, y ser tolerantes con ello.



Paciencia y comprensión con quienes van más despacio que nosotros, y paciencia y comprensión también con quienes van por la vida tan acelerados que parece que van a morir mañana. Creo que tomarse las cosas con más calma ayuda, en mi caso que soy un atacao, un aries de la vida. Para quienes vayan más lento este consejo no vale, en este caso, “Vida ladies and gentlemen!! Salero por favor!! Un poco más de alegría en la vida!! Que nos estamos quedando dormidos!!”.

Hay un pequeño cuento de un maestro y su discípulo que iban caminando y una persona le pregunto al maestro cómo ser más feliz (o lo que fuera, no recuerdo qué le preguntó en concreto), el maestro le respondió una cosa. Al rato otra persona se les acercó y le preguntó lo mismo, a lo cual el maestro respondió lo contrario a lo que antes dijera a la otra persona. Cuando esta segunda persona se marchó, el discípulo extrañado le preguntó al maestro por qué ante la misma pregunta había respondido cosas contrarias. El maestro contestó “Porque caminando por el mismo puente, hay quienes se van desviando hacia la derecha y otros a la izquierda, hay que saber ver hacia dónde tiende cada uno para poder aconsejarles bien la dirección de vuelta al centro del puente y que no se caigan por los lados.”

Bueno hasta aquí la explicación de la reflexión. Podéis dejar de leer aquí, a continuación os cuento cómo lo aprendí y lo sigo aprendiendo gracias a mis relaciones de pareja, es la parte empalagosa de amor, aviso para quienes no les guste esta parte. :)


Mi primera novia ya me lo dijo por aquel entonces “Dani, quieres muy rápido”, no estamos hablando de eyaculación precoz, que os veo venir, que no sois de mente sucia, sino de imaginación exuberante fuera de control... Ella me decía que en una relación, ambas personas se van conociendo y queriendo a su ritmo. Que algunos aprendían más rápido, deseosos por aprender y conocer todo cuanto antes. Otros iban saboreando poco a poco los detalles del otro, aprendiendo y apreciándolo detalle a detalle, sin prisa ninguna. Que yo tenía una capacidad de aprendizaje muy alta, (aparte de que antes de la relación yo ya me había estudiado a mi futura pareja...) que enseguida me hacía con una idea general de la otra persona, y si me gustaba me entregaba por completo. Creo que había un chiste malo al respecto, algo así como “Mi novio dice que siempre me adelanto a las cosas, bueno, en realidad aún no es mi novio” jajajaja.

El caso es que ella tuvo la acertada idea de comparar el conocimiento de la otra persona y el establecimiento de una relación amorosa con el ascenso a una montaña, y por aquel entonces yo aún no escalaba. Todo esto vino cuando yo le pregunté por qué no me quería como yo a ella. Dijo que yo había subido muy rápido la montaña del conocimiento del otro y la entrega, que quizá había esperado un tiempo en la cima, y que al ver que ella no llegaba había empezado a bajar desanimado, la montaña de la entrega. Mientras, ella había seguido ascendiendo y cuando llegó a la cima yo ya no estaba allí sino de camino hacia otro lado. Una triste historia que en su momento no supe entender. No entendía que hubiera diferentes ritmos, si se quiere a alguien se le quiere con todo, y si yo soy capaz de saber que te quiero en un mes, todo el mundo es capaz de ello. Si no me das las respuestas que espero, si no me quieres como yo te quiero es que no me quieres y no hay otra explicación, punto. Estoy pensando que voy a escribir un libro sobre todo lo que aprendí de las mujeres que me quisieron y tuvieron a bien compartir su vida conmigo, la verdad es que pa según que cosas me cuesta bastante entenderlo a la primera, vaya trabajazo y mérito que tienen! :)


Lo bueno de la vida es que si no aprendes la lección te la repite, y te cambia de profe si hace falta, por si lo vas a entender mejor explicado de otra manera. En este caso, como ya es la segunda vez al menos que me pasa, seguro que me ha pasado más veces y aún no soy consciente de ello, pues ya me va sonando la lección, creo que ahora la empiezo a comprender. Me cuesta, me cuesta ponerme en su lugar, me cuesta ver el mundo a través de sus ojos, pero me encanta. Sé que no somos iguales, sé que no vivimos al mismo ritmo, sé que estoy desarrollando una paciencia de la que no me creía capaz, y estoy aprendiendo a ver el mundo de otro modo. Aprendiendo a saborear los detalles, aprendiendo a respirar la vida despacio, y lo mío me cuesta bajar mi ritmo. Controlando mis ansias de correr a todas partes devorando y engullendo experiencias, aprendiendo a ser paciente, aprendiendo nuevos lenguajes de amor, nuevas maneras de querer y expresar cariño, que no todos lo entendemos ni expresamos igual. Eso o me estoy volviendo loco, que a veces también me lo planteo como explicación.

Es una suerte que te importe tanto una persona y una relación como para superar tus creencias al respecto de la vida y abrir una opción a nuevas explicaciones. Si hubiera tenido que desarrollar más paciencia con otra cosa seguro que hubiera pasado de ello, no merece la pena esperar tanto por eso, con la de cosas que hay que hacer en la vida! A por otra cosa! Más cuando realmente quieres estar ahí, entonces aprendes de lo que vives, sales de tu zona de confort y aprendes a ver la vida con otros ojos. Que luego ya cada uno cuando está solo en su casa hace lo que quiere, y de lo que aprendes incorporas a tu día a día lo que te da la gana. En toda relación también hay una ventana abierta al fracaso y el error, pero creo que el aprendizaje y nuestra evolución o mejora asociadas son muy valiosos.

Otro día os contaré cómo y gracias a quién aprendí a ser un felicísimo de la vida :) Ah! Una matización muy importante, estoy hablando de personas que nos quieren bien y de quienes podemos aprender, no estoy hablando de elementos de la vida que no saben querer y no hay dios que entienda su manera de hacer las cosas. Si nos quieren mal no nos empeñemos en aceptarlo y tolerarlo, todos podemos aprender a querer y vivir, todos, unas veces nosotros, otras veces ellos. Siempre llevándonos bien y sin hacernos daño, confío en que somos lo suficientemente inteligentes como para diferenciar a los unos de los otros. Quien bien te quiere no te hace daño, es así de simple. Hay muchas personas que están muy perdidas y no están en condiciones de querer a nadie, igual que nos arreglamos antes de salir de casa e ir a trabajar o estudiar, seamos suficientemente responsables para arreglarnos antes de implicarnos emocionalmente con otras personas. Higiene emocional y educación emocional, interesantes conceptos, trataremos más sobre ello, os tengo una sorpresa preparada para mediados de Septiembre y Octubre :)

A disfrutar la vida!! está en nuestras manos, vivimos la vida como nos la explicamos!! :)

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