Muchas personas no
encuentran atractiva la filosofía, eso de leer libros de antiguos
pensadores que se perdían ellos solos en sus pensamientos y palabras
extrañas... Frases y párrafos que hay que leer más de una vez para
conseguir entenderlo... No pinta muy divertido, y para los jóvenes
quizás menos aún...
El caso es que la
filosofía forma una parte muy importante de nuestra vida aunque no
lo sospechemos siquiera. Si supiéramos cómo y cuánto nuestros
pensamientos influyen en nuestras emociones, y en la manera de
disfrutar nuestra vida o padecerla, quizá les prestáramos más
atención y aprendiendo a pensar mejor consigamos vivir mejor. Sobre
esto va a tratar este espacio, y como estamos entre montañeros,
relacionaremos la filosofía con las montañas, con las actividades de
aventura.
¿Qué beneficios obtengo
yo, o mis hijos de la montaña y las actividades de aventura? Siempre voy a hablar de
mi propia experiencia, de lo que yo vivo y reflexiono, de lo que
observo y consigo entender.
Somos animales, somos
monos sin pelo, somos seres de la naturaleza, muchos “condenados”
a vivir en un medio alejado de la naturaleza, de la tierra, del
verde, del agua. Normal que los madrileños estén atacaos de los
nervios y todos los findes invadan masivamente La Pedriza y la sierra
de Madrid en general. Cuando vivía en Madrid notaba como mi estado
de ánimo se veía afectado por la ciudad y su estrés, necesitaba
salir al verde, respirar otros aires, vivir a otro ritmo. El monte,
la montaña, la naturaleza, tiene su propio ritmo de vida, y al
entrar en estos espacios su ritmo nos invade y nos calma. ¿Qué os
voy a contar que no hayáis experimentado vosotros?
En mis casi diez años
trabajando con adolescentes, he observado también efectos curiosos
que tienen las actividades de aventura sobre la actitud y
personalidad de quienes los practican.
Tengo mi propia teoría o
hipótesis al respecto, creo que el cerebro de un escalador, y en
este caso también el de un practicante de parkour, no es el mismo
que el de una persona que no realiza estas actividades. El parkour es
esta actividad de correr por las ciudades, y ahora también por la
naturaleza, saltando obstáculos y haciendo piruetas. Se puso de moda
tiempo atrás con la película Yamakasi, se puede ver en varios
anuncios de la tele y en la mayoría de las escenas de persecuciones
a pie de las películas. Quienes practican parkour reciben el nombre
de “Traceur”, palabra francesa que significa algo así como
trazador, de recorridos se entiende.
Bien, os expongo mi
teoría, ¿Cómo se enfrenta un escalador al fracaso?
Cuando escalamos,
escalamos y llegamos a la cadena o el top del bloque, sí, eso a
veces; pero lo que hacemos todos los días, es seguramente caer unas
cuantas veces. Al menos en mi caso es así, cuando hago bloque voy a
caerme tropocientas veces, y termino los bloques unas cuantas veces.
La escalada para mí es una exposición constante al fracaso, un
entrenamiento para la frustración. Voy a caerme, a fracasar, a no
conseguir mi propósito, siempre que mi propósito sea encadenar al
primer pegue. Y estoy acostumbrado a eso, no suelen salirnos los
proyectos a la primera, tienen un número de pegues, un número de
intentos; y si no nos lesionamos, cada pegue cuenta, cada intento, cada fracaso,
suma y nos acerca más al éxito.
Para un escalador un
fracaso no significa el fin del proyecto, un fracaso es una parte más
que habitual del proceso de alcanzar el éxito. Para los escaladores
va como un guante la frase que dice, “Inténtalo, fracasa, no pasa
nada, inténtalo de nuevo, fracasa de nuevo, fracasa mejor, y así
hasta que lo consigas”. Un escalador no se derrumba frente al
fracaso, está habituado a ello, y sabe cómo gestionarlo, cómo
hacer para fracasar mejor en el próximo intento.
Un traceur, el
practicante de parkour, corre por los obstáculos que encuentra en su
recorrido, salta sobre ellos utilizando una de las múltiples
piruetas que tiene dominadas. Se entrenan para realizar las
acrobacias una y mil veces hasta que las tienen dominadas de manera
aislada y pueden usarlas entonces en sus recorridos. Bien, de aquí
podemos sacar muchas conclusiones interesantes, pero hoy vamos a
centrarnos en un asunto, los obstáculos. Para el parkour, el arte
del desplazamiento, son necesarios los obstáculos!! Sin obstáculos,
sin dificultades, no hay arte del desplazamiento!! Como bien dice
otra frase: “Jamás un mar en calma hizo experto a un marinero”,
necesitan esos obstáculos. Esas dificultades en su camino que ellos
utilizan como trampolines, como oportunidades de lucirse, poner a
prueba lo aprendido y dar lo mejor de sí mismos.
¿Cómo creéis que se
enfrentan entonces un escalador y un traceur a los fracasos y los
obstáculos de la vida diaria? ¿Cómo enfocan esos fracasos y esos
obstáculos en su vida? ¿Como algo absoluto e insuperable? ¿Como
partes del proceso para alcanzar su propósito? ¿Como oportunidades
de lucirse y dar lo mejor de sí mismos?
¿Podemos nosotros
servirnos también de esta manera de pensar, de estas filosofías,
para vivir mejor nuestra vida? A por ello!! A disfrutar la vida!! :)
Originalmente publicado en Diario Mistral - Filosofía de Aventura
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