Hace un par de semanas empecé una
nueva aventura que podía haber acabado en China por unos meses...
parece que no va a ser así por el momento, siento que tengo mejores
cosas que hacer por territorio nacional. En estas dos semanas de
aventura he aprendido de nuevo muchas cosas, he seguido aprendiendo
de mí mismo y de la vida. Hay una frase que me gusta desde hace
bastante tiempo y viene a decir algo así como La madurez no es
cuando empiezas a hablar de grandes cosas, sino cuando empiezas a
entender la importancia de las pequeñas cosas. Pues eso, que si
siempre me han gustado los detalles, ahora me doy cuenta que lo
realmente importante en la vida son cuatro cosas, y cada uno es libre
de montarse las películas que quiera.
Evolucionamos, nos transformamos, y
quizá lo que hace un tiempo pensábamos que era inamovible ahora
resulta que no es tan evidente. Cosas que pensaste que jamás dirías
o disfrutarías, ahora resulta que tienen mucha más importancia que
antes. En mi caso, creo que siempre he tenido grandes sueños, viajar
mucho, conocer mucha gente, gente importante, rodearme de los grandes
y hacerme un hueco junto a ellos. Ser un hombre de mundo, un hombre
viajado, llegar a ser un gran sabio. Resulta que los grandes los
tenía más cerca de lo que pensaba, resulta que no hace falta viajar
tanto para descubrir las verdades de la vida, o si hace falta viajar,
quizá es para darse cuenta de lo que ya tenías y volver. En resumen
todo está bien, viaja si quieres, vuelve si quieres, no vuelvas si
no quieres, ten grandes sueños, ten grandes aspiraciones, trabaja
duro, descansa sereno, vive tranquilo, disfruta del silencio,
disfruta de la arena, de la hierba, de las grandes fiestas, de los
grandes lujos, de los pequeños detalles, de los sencillos
placeres... Todo está bien, sólo tú sabrás cuál es tú camino y
sabrás cómo disfrutarlo. Todo está bien, y todo es posible.
La semana pasada escribí un post para
Diario Mistral acerca de la belleza explicada. En este caso tenía
que relacionarlo con la montaña, y así lo hice. El caso es que hace
unas tres semanas volví a pasar por el campus de la facultad y allí
me encontré de todas las bellezas posibles. Me encantan las mujeres,
por si no lo había dicho unas mil veces, el ser más fascinante del
mundo. Cómo se arreglan, o sin arreglarse, qué cantidad de belleza
poseen!! Y en esta ocasión lo que más me llamó la atención es la
relación entre la autoestima y la belleza. También, una vez más,
la diferencia que hay entre la belleza objetiva y la subjetiva.
Me explico, hace mucho tiempo en el
instituto había una chica que era bastante atractiva, venía
medianamente arreglada a clase y lucía muy bien. Y el caso es que
por aquel entonces ya sospechábamos la diferencia que había entre
la apariencia de la misma chica un sábado por la noche y un lunes a
primera hora, o un martes después de clase de deporte. Creo que
había hasta un teorema para ajustar la belleza real y la aparente de
las chicas en función del día y la hora. Bien, pues el caso es que
con esa chica entendí una nueva manera de ver el clásico acertijo
Oro parece plata no es. Era una chica que parecía una diosa, pero yo
la conocía sin arreglar un día cualquiera, y físicamente no era
gran cosa, con todos mis respetos. Su belleza objetiva sin arreglar
no era una locura, plata no era, pero cuando se arreglaba, más que
oro parecía. Visto así puede quedar frío y superficial, pero la
principal diferencia en su belleza no venía en que se arreglara o
no. Su diferencia residía en la autoestima y la confianza que tenía
en sí misma!! Ella se gustaba tal y como era, con su manera de
arreglarse resaltaba su belleza objetiva, su manera de ser
añadía una gran cantidad de valor subjetivo a su belleza.
Era una persona segura de sí misma,
una compañía agradable, y no le faltaba belleza objetiva que
resaltar y en la que fijarse con cariño. Belleza objetiva puede ser
esa belleza que todos entendamos igual, algo así como la estética;
y belleza subjetiva esa belleza que nosotros le aportamos a las cosas
por nuestra percepción personal de las mismas, ya sea por nuestros
gustos particulares o por los sentimientos que tengamos hacia esa
persona. Cuando estás enamorado tu pareja es la pura encarnación de
la belleza y punto. Cuando se acaba la relación igual te das cuenta
que tampoco era para tanto.
Bien, pues así como nosotros
percibimos la belleza de una manera subjetiva para los demás, uno
mismo percibe su propia belleza del mismo modo. El otro día me
resultó curioso detectar determinados patrones en la manera de
vestirse y moverse de las chicas por el campus. Su manera de
relacionarse con los demás, sus gestos, sus detalles cargados de
significados... Ahora estoy trabajando con un grupo de chicas,
preciosas todas ellas, objetiva y subjetivamente. Su lenguaje
corporal, su manera de hablar, y lo que voy conociendo de sus
personas me dice mucho de cómo se ven ellas, también soy
consciente de cómo las vemos los demás. Muchas veces no nos
hacemos justicia, en la mayoría de los casos, tristemente, tiramos a
la baja con nuestra propia valoración de nuestra belleza.
Después de trabajar la parte de la
motivación, las ganas de hacer cosas, las siguientes barreras que
nos solemos encontrar son los miedos, la falta de confianza y la baja
autoestima. Esas serán las próximas áreas a tratar y desarrollar.
La actitud cada vez me gusta más, la actitud marca una diferencia
brutal en nuestras vidas. La belleza también es una actitud, es
sacarle todo el partido a lo que tienes, sea lo que sea, mucho o
poco, si tú te sientes seguro con ello, si te manejas con confianza
tu belleza subjetiva, tu atractivo, aumenta. De momento es sólo una
opinión, pero cada vez encuentro más ejemplos que la sustentan.
Creo que todos conocemos personas con un gran atractivo y quizá poca
belleza objetiva, personas que disfrutan del físico que tienen y van
felices por la vida. También el caso contrario, personas de un
físico excelente y una increíble belleza objetiva, pero con una
falta más que exagerada de autoestima y por tanto recorren
avergonzadas la vida, escondiéndose y no sintiéndose dignas de
aquello que los demás les dan por merecido.
Y esto sólo hablando de la belleza
exterior, esa que con el tiempo tiende a ir perdiéndose, porque si
hablamos de la belleza interior, eso ya es otro mundo. Vivimos en un
mundo extraño con una escala de valores impuesta, que creo que cada
vez compartimos menos personas, lo cual es una alegría. Se ha
colocado el dinero y la estética en lo más alto de la escala social
de valores, y me parece poco acertado. Mira que digo estética y no
belleza, que no es lo mismo. Que cada uno lo interprete como quiera.
Seguiré desarrollando mi propia percepción de la belleza, no es
estética, para mí la belleza es más interna, y se puede percibir
externamente en detalles. Ciertamente hay personas muy estéticas,
pero es su manera de ser la que concede belleza a esa estética.
Todos somos una maravilla, todos somos
seres increíbles, repletos de detalles fascinantes, de deliciosas
maneras de ser y expresarnos, tratémonos algo mejor a nosotros
mismos, querámonos más, aunque nos cueste creerlo, hay muchas
personas que sueñan con algunos de nuestros detalles. Dejémonos ser
como somos, únicos, irrepetibles, dejémonos brillar con nuestra
propia luz y color.
A disfrutar la vida!! a disfrutar la
belleza!! Está en todas partes que tus ojos quieran encontrarla!! :)
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