Este es un libro que me gustó
mucho, cualquier día me lo vuelvo a leer, Cosas que aprendí de
Oriente, de López-Seivane. Como curioso de la vida que soy me fascinan
muchas culturas humanas, celta, egipcia, griega, y las diversas
culturas orientales. Me choca mucho que en Oriente la medicina juegue
con unas reglas un tanto diferentes a las de la medicina occidental,
y lo más gracioso es que ambas reglas pueden aplicarse en las
personas con buenos resultados, quizá haya alguien a quien le
funcione mejor una cosa que otra, es lo bueno de la biodiversidad y
que haya donde elegir.
Hoy reflexionaba sobre la
importancia personal, el diferente valor y relevancia que tiene ese
concepto en las diferentes culturas. Es que hace poco leí una frase
que me rompió algo en la cabeza, otra obviedad absurda de esas que a
mi me gustan “lo que es razonable en una cultura puede no serlo en
otra”. Creo que ya hemos hablado de los paradigmas, esos sistemas
de creencias sobre los que construimos nuestra interpretación de la
vida, ideas o creencias con las que elaboramos nuestro mapa de la
vida. Conviene recordar siempre que un mapa, ya sea físico,
topográfico, conceptual o mental, es sólo una aproximación a la
realidad, nunca reflejan la realidad o la vida tal y como es, la
realidad es mucho más rica. Las hipótesis, leyes y teorías,
pretenden ayudarnos a entender y manejar lo que sucede, intentamos
condensar la realidad en ecuaciones y conceptos, y la vida es mucho
más que eso, conviene recordarlo.
Siempre me he preguntado
¿qué pasa si nuestros valores están equivocados?, ¿os imagináis? Si
toda la vida nos han enseñado que cuanto más verdes seamos es
mejor, y luego resulta que no era el verde lo bueno de verdad, que
estábamos equivocados, que cuanto más morados mejor. ¿Qué pasa si
llevamos toda una vida detrás de unos objetivos equivocados? ¿Cómo
se te rompe la mente cuando tienes que cambiar de objetivo? Cuando
todo lo que creías acertado o verdadero resulta no serlo. Desde muy
pronto creo que entendí la idea de que si quieres resultados
diferentes, tendrás que probar procesos diferentes. Por eso las
novedades suelen llamarme mucho la atención, porque hasta el
momento, creo que tenemos mucho por mejorar y me interesa conocer las
novedades, por ver si alguna resulta efectiva y nos permite alcanzar
eso que parece que siempre se nos escapa, la paz y salud mundial, la
armonía entre todos los seres vivos... que hippie soy, jajajajaja.
Como os comentaba, creo
que las instrucciones para la vida sí están escritas, en muchos
idiomas y en muchas partes, como si fueran piezas de un puzzle, que
necesitamos tenerlas todas para poder ver la imagen completa. Como
la historia de los ciegos que tocan un elefante por partes y cada uno
se crea una idea incompleta del elefante, les falta la visión de
conjunto. Me gustan las grandes filosofías, las antiguas, las que
han perdurado por mucho tiempo, algo de verdad tendrán que tener si
se han mantenido tanto tiempo. Imagino que en ellas podemos encontrar
toda la verdad, también creo que se pueden combinar en plan
Yin-Yang. Creo que puede salir algo muy bueno del entendimiento entre
oriente y occidente, entre el norte y el sur del planeta.
De las culturas
orientales me llama la atención algo de lo que aquí creo que
carecemos, la importancia de la familia, de la estirpe, la casa, la
comunidad. En occidente se lleva el individualismo a ultranza, en
exceso incluso, la importancia personal, el desarrollo personal, los
objetivos personales, el yo, yo, yo, mi, me, conmigo. Creo que se nos
ha educado, ya sea académicamente o mediante la publicidad, en que
lo importante es el yo, el individuo. En oriente, hablo hasta donde
conozco, hay lugares en los que la comunidad importa más que el
individuo. Típicas frases de “soy una deshonra para mi clan, eres
una vergüenza para la familia, el destierro...”, aquí en
occidente esto lo veo poco, veo más las depresiones por no conseguir
los deseos personales, veo familias y comunidades destrozadas por
egos individuales desmesurados. No hablo como un santo, que estoy en
el camino y sigo aprendiendo, siempre tengo dudas sobre este
tema. ¿Importamos más, menos o igual que los demás? ¿Y nuestra
relación con la comunidad, con la sociedad, con la humanidad?
Ya escribí una entrada
sobra la igualdad del valor humano en las relaciones. Ahora me
planteo sobre la importancia del mundo, de la sociedad, en nuestro
plan de vida. Hace unos años hablé con Joan Melé, el de Triodos
Bank, y me dijo una frase que me marcó, “nosotros (las personas
con nombre y apellidos) no somos importantes, el mensaje que
transmitimos es lo importante”, muy épica ¿verdad?, muy en plan
El quinto elemento, “El tiempo no es importante, sólo la vida es
importante”. Bueno, el caso es que desde entonces pienso a menudo
en qué mensaje estamos transmitiendo con nuestra existencia. Sí, lo
sé, se me va mucho, ya podía ser más normalito y que sólo me
gustaran los coches y el fútbol, lo he intentado; por un rato me va
bien, luego vuelvo a cuestionarme cosas, incluso disfrutando de los
coches, creo que todo está relacionado. Se me está yendo mucho la
olla con mi nueva teoría sobre la vida humana, la energía y el
amor, ya os la compartiré cuando la termine, jajajaja.
Hoy pensaba en los
beneficios mentales y emocionales que tiene sentirse parte de algo
mayor, los beneficios que obtenemos al entregar nuestra vida al
servicio de los demás o una causa mayor, llevado al extremo, ser una
monja de la caridad. Sí, como aún no soy ni Gandhi ni la Madre
Teresa de Calcuta, me sigo preguntando qué gano yo con ello... Creo, que como todo está relacionado, y volviendo a la sabiduría
concentrada en el Yin-Yang, los extremos se conectan. Creo que ya os
compartí la idea de que ser egoísta en exceso acaba por desear lo
mejor para los demás, por aquello de que si queremos lo mejor para
nosotros, eso incluye en algún momento, vivir rodeado de las mejores
personas y en el mejor mundo. Creo que vivir para los demás llevado
al extremo, deriva en algo similar, para servir mejor a los demás,
necesitaremos mejorar y ser mejores nosotros. Al final todo está
relacionado, y esto es lo que mola, que todos ganamos, si todos somos
grandes, si todos somos mejores, si todos somos felices, todos
ganamos.
Pues esto es a lo que le doy unas vueltas ultimamente, si todos ganamos ganando, el triple Win, ¿a qué estamos esperando para hacerlo? ¿Cuándo podremos vivir en un mundo en el que todos nos ayudemos unos a otros? Un mundo en el que el ser humano sea nuestro mejor aliado y no nuestra mayor amenaza. Porque no sé si os habéis dado cuenta de esto, pero hoy por hoy nuestra mayor amenaza y depredador en este mundo somos nosotros mismos... nos fastidiamos la existencia nosotros solos pudiendo ayudarnos y ganar todos... A disfrutar la vida, y contribuir y colaborar en lo que pueda y quiera cada uno, ganamos todos! :)
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