lunes, 27 de mayo de 2013

Paradigma Laboral


Este fin de semana he disfrutado un intensivo de Sergio Fernández. Me he leído Vivir sin Jefe y El Sorprendedor, dos grandísimos libros llenos de grandes ideas como para cambiarnos la vida dos o tres veces. También de postre he releído Momo, un clásico, del año 1973 y con varias buenas ideas muy aplicables hoy en día :)

Estos libros no valen el precio que cuestan, eso lo primero. Uno de los problemas en esta sociedad es confundir precio y valor, jugamos a la baja con el precio y nos olvidamos del valor. ¿Qué valor tiene un segundo? ¿El segundo en el que esquivaste un accidente? ¿Qué valor tiene la canción que te dio fuerzas para declararte a la persona que quieres? Hay cosas que no tienen precio, o las bajamos de internet, y sin embargo nos cambian la vida. Mi biblioteca no sé que precio tiene, pero siempre me parece increíble que un libro de un gran autor y que contiene tantas grandes ideas pueda valer tan poco dinero. Alguna de las ventajas de la sociedad de consumo, abaratamiento de los bienes materiales...

Bien, al tema de hoy, hay tanto por compartir después de este fin de semana, creo que me da para tres o cuatro post. Justo pensaba en escribir sobre el paradigma laboral y mientras estoy en ello me llama un gran amigo, trabaja como director en una entidad bancaria y por lo cual tiene trato habitual con personas de grandes fortunas. Hablando de todo un poco me comparte que según algunas de estas personas en España hay un problema de actitud ante el trabajo, todos esperan que alguien les contrate en vez de montar sus propios proyectos. Y peor aún, las referencias que se piden para cerrar acuerdos en los trabajos no son habilidades, ¡son las amistades! ¿De quien eres amigo? ¿Cuánto enchufe puedes tener?

En otros países no es así, primero te preguntan qué sabes hacer, qué problemas o necesidades puedes satisfacer. Eso es un trabajo, satisfacer unas necesidades o solucionar problemas. Y de eso siempre va a existir, siempre habrá problemas que solucionar y necesidades o gustos que satisfacer, así que siempre habrá trabajos que desarrollar.

Paradigma laboral, esto es el sistema de creencias que tenemos respecto al trabajo. Y está en constante cambio. El trabajo como concepto se redefine cada muy poco tiempo. Hoy existen profesiones que no existían hace cien, diez, o dos años. Y mañana ya veremos.

Sergio Fernández tiene una entrevista magnífica, realmente unos 25 minutos muy interesantes:





Una de las ideas que más me ha gustado de su libro El Sorprendedor, escrito junto a un amigo suyo músico y creador de juegos (tienen también un juego llamado Sorprendedores), es el enfoque del trabajo. Ver el trabajo no como medio de ganarse el sustento sino como medio de desarrollar los potenciales y talentos de cada uno. Cambia la película, eh? Es cierto que muchas personas ya lo hacen, tienen la suerte, o la convicción y el tesón para lograr trabajar en una profesión que les permita desarrollar sus pasiones, talentos, dones, habilidades. Una profesión de la que no necesitan vacaciones. Como dice una frase, encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida.

Esto me recuerda una situación con el jefe de un laboratorio que me preguntó cómo es que siempre andaba de vacaciones que tenía tiempo para pasarme a saludar a mis amigos de allí. Le dije que no tenía vacaciones, siempre estaba currando sólo que casualmente aprovechaba los tiempos libres que tenía por Madrid para pasarme a saludar. Para mí el concepto vacaciones, como nada que hacer, no existe, cuando me satura un trabajo o me aburre, o llega a su tope... cambio de trabajo, y así me he tirado mucho tiempo de un trabajo a otro.

Mi CV y vida laboral es de lo más pintoresca. A veces tan poco tiempo en cada puesto y tan poca estabilidad, tanto movimiento no es bien visto ni valorado por determinadas empresas para contratarme, pero en cambio si que es muy valorado en otras empresas que casualmente son con las que quiero colaborar.

Colaborar, porque yo veo el trabajo como una colaboración, como un acuerdo, mis talentos, mis habilidades y mi tiempo por tu dinero y la posibilidad de desarrollar una actividad que me apasione. Mis jefes son mis clientes, mis colaboradores, siempre que los dos esperemos lo mismo del acuerdo, que el trabajo salga adelante de la mejor manera. Este tema es muy interesante también, y sobre ello sabe mucho Lotfi El-Ghandouri autor del libro y el concepto “El despido interior”, una gran persona a la que tuve la suerte de disfrutar en una conferencia.



Hace ya mucho tiempo creo que fue Henry David Thoreau quien escribió “Quien recibe a cambio de su trabajo sólo el sueldo está siendo estafado” y también “La sociedad no tiene las tentaciones capaces de distraer a un hombre que se está dedicando a su proyecto vital” Seguro que las palabras no eran exactamente esas, pero la idea espero haberla transmitido bien.

Muchas personas ven el trabajo como un mal necesario, un trago por el que pasar, y que ojalá les proporcione dinero y tiempo libre suficiente para dedicarse luego a sus pasiones... Vivir para trabajar o trabajar para vivir. Muchas personas tienen clara que parte de esa frase eligen, pero cuando tu trabajo es lo que más te apasiona de la vida... entonces la cosa cambia. ¿Cuál es realmente nuestro trabajo en la vida? ¿Qué queremos hacer en la vida? ¿A qué le queremos dedicar tanta cantidad de nuestro tiempo?

¿Merece el esfuerzo? ¿Vencer los miedos? ¿Ponerse a ello? Pues vaaaaamos!! Haz algo hoy que te acerque a ello, haz algo hoy por lo que en el futuro estés agradecido!! Haz que sea un gran día!! :)

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