Creo que los beneficios de la felicidad
están claros, no conozco a nadie a quien le estriña la felicidad,
así que suponemos que será buena para todos. Lo que también parece
es que la infelicidad no es buena, o la ausencia de felicidad es algo
negativo, y yo creo que podemos sacarle algún beneficio también a
estas situaciones o periodos en los que no somos felices.
Las emociones desagradables o no
placenteras pueden entenderse como mensajes, al igual que el dolor,
el dolor sin más no siempre es negativo para todos, muchos
deportistas nos servimos del dolor para localizar límites, barreras,
o simplemente como un indicador más, no tiene carga negativa,
simplemente nos informa de algo, es un mensaje de nuestro cuerpo.
El disgusto, la infelicidad, la
desidia, pereza, apatía, frustración... creo que sin darnos cuenta
las hemos etiquetado como emociones o sensaciones desagradables a
evitar a toda costa; sin pararnos en muchos casos a comprenderlas, entenderlas y
servirnos de su utilidad. Hace tiempo descubrí el concepto de
inteligencia intrapersonal, me encanta la palabra, y me recuerda
mucho a la frase que dice algo así como “Quien supera a otros es
fuerte, quien se supera a si mismo es la fuerza” Creo que tenía
también una versión con “quien conoce a los demás es sabio,
quien se conoce a sí mismo es la sabiduría”.
Tengo la suerte de que en mi familia
hay mucha tradición educativa y comprensiva, no me han educado en
memorizar las cosas sin más, sino en comprenderlas, observarlas y
analizarlas hasta comprenderlas y entender su funcionamiento y
significado. Recuerdo que mi padre muchas veces me decía que
aburrirse es sano, y recuerdo algunas tardes aburrido sin más,
simplemente estando aburrido sin hacer nada. Hoy en día evito esos
momentos siempre que puedo, pero cuando no me queda más remedio los
acepto sin más y paso a entretenerme simplemente analizando mis
pensamientos. Mi padre también me educó en la tolerancia a la
frustración y el aplazamiento de las satisfacciones, y aunque no me
considero tan estoico y asceta como él, sí que agradezco ese
entrenamiento que aún hoy practico de vez en cuando.
Esto supongo que me ha preparado para
estar muy atento y consciente de mis pensamientos, emociones y
motivaciones a la hora de realizar mis acciones. Si me frustro,
disgusto, aburro o decepciono intento encontrar el origen de esas
emociones o sensaciones, intento encontrar y comprender el mensaje
que me transmite, ¿qué información útil me quiere transmitir esta
sensación desagradable? Porque sí, son mensajes, y para quienes
puedan considerarse perdidos, son mensajes importantes que nos
indican cómo pensamos, cómo creemos y cómo interpretamos lo que
sucede. Nuevamente, pauta explicativa e inteligencia emocional, no
somos capaces de vivir la vida tal cual sucede, sino que siempre la
pasamos por nuestros filtros de creencias y presupuestos y conforme a
eso vivimos de un modo u otro.
Cuando nos sentimos frustrados o
disgustados creo que el mensaje que nos da nuestro cuerpo es que
teníamos ciertas expectativas placenteras ante un hecho que ahora
parece frustrado y eso nos provoca esta sensación desagradable.
Bien, no he descubierto nada nuevo, quizás todos sabemos identificar
cuando estamos frustrados, el truco para mí viene cuando la
frustración me sirve como baremo de importancia. Me explico con un
caso personal, a diario se me trastocan planes y proyectos, y no
todos me afectan en igual medida, unos consiguen emocionarme ya sea
frustrarme o disgustarme y otros directamente no me afectan. En el
momento que me percibo disgustado a veces me sorprendo a mí mismo
ante el hecho de descubrir que ese plan en concreto me ilusionaba
especialmente de manera que no era consciente hasta que el plan se
trastoca. Esta es una de las aplicaciones positivas o beneficios que
le he encontrado a la frustración. Si me frustra me importa, si no
me afecta es que no me importaba tanto, esto me ayuda en el proceso
de conocerme y comprenderme, y me parece entonces un mensaje muy útil.
Lo mismo creo que podemos hacer con
otras sensaciones no agradables, como la apatía o la tristeza. Decía
una frase “cuidado con la tristeza, es adictiva”, y creo que es
verdad, es fácil caer en las espirales depresivas, y requiere un
punto de fuerza de voluntad para forzarnos a salir de una rutina que
nos consume y empezar a hacer cosas que nos alimentan las ganas de
vivir. La buena noticia es que la felicidad también es adictiva y
además contagiosa. El beneficio de la tristeza no obstante, creo que
radica en mostrarnos de manera patente que nuestra manera actual de
vivir no nos satisface, que lo que hacemos o pensamos no es lo mejor
que podemos hacer por nosotros mismos, que nuestro inconsciente
espera más de nosotros, sabe que podemos hacerlo mejor. Quizás es
un mensaje muy obvio, pero creedme, no hemos nacido para ser
infelices, decía alguien que la felicidad es nuestro derecho de
nacimiento, y nuestro inconsciente lo sabe y no nos dejará
regodearnos en otro camino.
Último truco o pista graciosa de hoy,
hay una buena manera de saber cómo decidir qué hacer en muchas
ocasiones en las que tengamos dos opciones, es algo tan sencillo como
lanzar una moneda al aire. En el momento que la moneda está en el
aire, si estamos atentos, interiormente tendremos preferencia por una
de las dos caras, eso es lo que realmente queremos hacer. Y si no
tenemos preferencias... pues es que cualquier opción nos resulta
igual de buena y bien podemos tomar la que la moneda ha elegido y
continuar avanzando, dando por finalizado el momento de duda e
indecisión.
A ser felices, a hacer honor a nuestro
derecho de nacimiento, esta en nuestra mente! :)
¡¡Me encanta!! Porque las reflexiones pesonales ckntagian a hacer lascorudbas y aunque los momentos duros son una mierda d vivir, son con los que más rápido he aprendido y que nisconfiguran sabiéndonos fuertes, más seguros, más sabios y con menos miedos.
ResponderEliminarDani, deberías tener millones d hijos que educar (o chavaes d campa) esa firma d pensar tiene q extenderse viralmente.
Un besote!
Jajajaja, gracias duendecilla de los montes! Ciertamente los retos nos revelan cómo somos realmente :) Tus reflexiones también me encantan, la belleza y la suerte de compartir!! Besos! :)
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