miércoles, 23 de enero de 2013

¿Quieres ser feliz o tener razón?


Esta pregunta me ha surgido de varias maneras en los últimos días. Y como se dice, para obtener respuestas potentes hay que hacerse preguntas potentes.

Esta pregunta yo me la formulo también como: ¿Quieres conseguir lo que dices que quieres, o quieres justificar por qué no lo consigues?

Este fin de semana estuve escalando muy agusto con unos amigos, en un momento una amiga me pidió que le recomendara bloques motivadores. Le recomendé unos cuantos que a mí me parecen muy buenos y empezó a rechazarlos con los siguientes motivos: "muy duro, muy alto, para largos..." En ese momento le corté el discurso con la pregunta: "¿Pero tú quieres escalar o no?"


Observo esa misma tendencia a justificarse en muchas personas, "no hay trabajo" "ya he mandado no sé cuantos currículums y nada..." Pero vamos a ver, ¿Quieres trabajar o justificarme que no hay trabajo?

Y aquí entra mi herramienta estrella de los últimos días la pauta explicativa. Cómo nos explicamos las cosas, nuestro discurso mental. Parece una tontería pero las palabras que elegimos en nuestro discurso tienen mucho poder, creo que la PNL entre otras cosas se dedica a estudiar y explicar esto.

Cuando queremos algo y no lo conseguimos tendemos a justificarlo. Por ejemplo: Quiero hacer este bloque pero el primer paso es muy largo, por eso no puedo. Bueno, como escaladores ya sabemos que hay excusas o falta de intentos, entreno y/o imaginación. Que no todos resolvemos los bloques igual, ahí reside mucho de la belleza del bloque, la manera particular y personal de resolverlo cada uno.


El caso es que si estudiamos las palabras vamos a reconocer a una palabra que estoy eliminando de mi vocabulario: PERO. Total, lapidaria, justificatoria, una losa. El cerebro empieza a procesar la frase y al llegar al pero lo interpreta como: "ahora justifico porque lo anterior no puede ser" y ya da igual lo que digamos porque el cerebro ya ha asentado que lo primero no se puede, y todo lo que viene detrás son razones que lo justifican.

Bueno, si vamos a eliminar una palabra habrá que sustituirla por otra, que es la manera más fácil de eliminar cosas, por sustitución. Que cada uno se lo aplique como quiera a los campos de la vida que quiera. La palabra que va a sustituir al pero en las cosas que queremos hacer aunque encontremos razones que lo dificulten es Y. Gran palabra, fantástica letra, brazos abiertos, incluye, dá la bienvenida, expresión de éxito.


Ahora podemos reformular nuestras frases, lo que queremos y lo que supuestamente nos impide conseguirlo. Quiero hacer este bloque y el primer paso es muy largo. Bien, ahora el cerebro empieza a leer y traducir: "primera parte: lo que quieres; Y: conector; segunda parte: impedimento? Total: reto" Y aquí se despliega la magia de las opciones, el cerebro empieza a probar con posibilidades de unir esas dos afirmaciones, es un reto, ¿cómo conseguir que se den las dos cosas a la vez? Empiezan las respuestas. Ya le has planteado al cerebro una situación en forma de pregunta o reto, no se lo has planteado como asunto zanjado y justificado, sino como abierto y en espera de sus respuestas.

Quiero hacer este bloque y el primer paso es muy largo: Dinamiza, mejora tu elasticidad, busca un pie más alto, busca un paso intermedio, prueba otro movimiento, otra secuencia que no incluya ese paso... y así todas las que surjan.


Y lo mismo para otros campos de la vida...

Probad a jugar con Y, os sorprenderán las respuestas que podéis encontrar. Para obtener respuestas nuevas hay que hacerse preguntas nuevas!

:) Disfrutad la vida!

2 comentarios:

  1. Es espectacular lo que la predisposición mental puede hacer a la hora de tomar decisiones. Una simple palabra, con todo el contexto simbólico que implica, es capaz de sacar todo lo mejor de nosotros. Me ha resultado muy inspirador el texto y te agradezco la aportación que has hecho en favor de la felicidad.

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