sábado, 14 de febrero de 2015

Vivir antes de morir

- Todo el mundo sabe que se va a morir -volvió a decir (Morrie)-, pero nadie se lo cree. Si nos lo creyéramos, haríamos las cosas de otra manera.

- De modo que nos engañamos acerca de la muerte -dije yo.

- Sí. Pero existe un planteamiento mejor. El de saber que te vas a morir y estar preparado en cualquier momento. Eso es mejor. Así, puedes llegar a estar verdaderamente más comprometido en tu vida mientras vives.

- ¿Cómo puede uno estar preparado para morir? -dije.

- Haz lo que hacen los budistas. Haz que todos los días se te pose en el hombro un pajarito que te pregunta: "¿Es este el día? ¿Estoy preparado? ¿Estoy haciendo todo lo que tengo que hacer? ¿Estoy siendo la persona que quiero ser?"

Volvió la cabeza hacia su hombro como si tuviera allí al pajarito en aquel momento. -¿Es este el día en que voy a morir?

Morrie tomaba libremente ideas de todas las religiones... Le gustaban algunas ideas filosóficas del budismo y del cristianismo, y seguía sintiéndose a gusto dentro de la cultura del judaísmo. Era un ecléctico en cuestión de religión...

- La verdad, Mitch -me dijo-, es que cuando aprendes a morir, aprendes a vivir.

Yo asentí con la cabeza.


- Voy a decirlo otra vez -dijo-. Cuando aprendes a morir, aprendes a vivir.

Sonrió, y yo me dí cuenta de lo que pretendía. Se estaba asegurando de que yo absorbía aquella idea sin avergonzarme haciéndome una pregunta. Era una de las virtudes que lo convertían en un buen maestro.

- ¿Pensabas mucho en la muerte antes de ponerte enfermo? -le pregunté.

- No -respondió Morrie, sonriendo- Como ya he dicho, nadie se cree de verdad que se va a morir.

- Pero todo el mundo conoce a alguien que se ha muerto -dije yo-. ¿Por qué es tan difícil pensar en morirse?

- Porque la mayoría de nosotros vamos por ahí como sonámbulos -siguió diciendo Morrie-. En realidad, no conocemos el mundo plenamente, porque estamos medio dormidos, haciendo las cosas que automáticamente creemos que debemos hacer.

- ¿Y el hecho de enfrentarse a la muerte lo cambia todo?

- Pues, sí. Te quitas de encima todas esas tonterías y te centras en lo esencial. Cuando te das cuenta de que te vas a morir, lo ves todo de una manera muy diferente.

Suspiro.

- Aprende a morir y aprenderás a vivir.

Como tan bien dice Morrie Schwartz en el libro de Mitch Albom “Martes con mi viejo profesor” (el original en inglés “Tuesdays with Morrie”) muchas veces vivimos sin plena consciencia de que vamos a morir, dando por supuestas muchas cosas y sin valorar en su justa medida tantas otras. No hay mucho más que añadir a esta idea tan potente. Cuando de verdad conseguimos ver la vida como lo que es, la vivimos de otro modo.

En relación con esta idea me gusta una breve historia india; cuenta de un príncipe que estando de viaje encontró la cueva donde habitaba un anciano sabio y con curiosidad entró a conocerle. En la cueva se encontró con muy pocas cosas, apenas una esterilla, un par de mantas y enseres para cocinar, entonces preguntó al sabio -¿Dónde están el resto de tus cosas, tus muebles y tus posesiones?- El sabio le respondió -¿Y las tuyas? ¿Dónde están tus muebles?- El príncipe extrañado respondió -No las llevo conmigo, sólo estoy de paso por aquí.- Sonriendo el anciano dijo -Lo mismo que yo, sólo estoy de paso por aquí.-

Vivimos de paso, la vida no es un estado permanente en el cual acomodarnos, es un viaje, con un inicio y un final, no un lugar donde habitar por siempre. En tu mano está disfrutar el viaje y vivirlo a tu gusto.

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