domingo, 12 de abril de 2015

Dirigir la atención

Hay una frase que me gusta mucho y es muy útil para varias cosas “El tiempo vuela, el piloto eres tú”. Lo mismo pasa con la atención, nuestra mente es una grandísima herramienta, y nosotros somos los que la manejamos... o somos manejados por la mente si la dejamos en piloto automático. Hoy os voy a contar una historia personal sobre cómo manejar nuestra atención puede cambiarnos la vida.

Hace tiempo estaba saliendo con una chica que a mí me gustaba mucho, era feliz y disfrutaba de la relación, todo genial y casi sin pegas. El caso es que tengo muy buenos amigos, esos que tienen el valor de decirte las verdades a la cara, la cruda realidad, sin tapujos, sin suavizarte las cosas, cual puñetazo en el ojo. Son amigos necesarios, son un contrapunto necesario en muchas ocasiones, no sé dónde andaría si no fuera por sus crudas opiniones que me sirven para equilibrar las mías y poner las cosas en perspectiva. Creo que soy de naturaleza ultraoptimista y a veces me puede venir bien considerar otros puntos de vista. Muchas veces tengo el instinto natural de tirarme a la piscina confiando en que haya agua, y a veces me doy el bofetón en piscinas vacías. No pasa nada, te levantas, te sacudes el polvo, comentas “habría que ir cambiando el agua de esta piscina, que está cogiendo cuerpo” y sigues con tu vida dignamente.


Pienso que cuando nos metemos mucho en una situación perdemos perspectiva, es como cuando juegas a un juego con vista en primera persona, te falta la vista aérea de conjunto, y aquí es donde pueden ayudarte otras personas a proporcionarte una visión desde fuera. Esto sirve para todo tipo de situaciones, especialmente en las problemáticas, cuando uno está en una tormenta quizás se olvida de que hay mundo más allá de la tormenta, de que esa situación es temporal y puntual, no es permanente y no es todo su mundo. Se agradecen las opiniones desde fuera, siempre recordando que son eso, opiniones, no siempre son verdades, sólo son opiniones, otros puntos de vista, otras percepciones de la situación.

El caso es que un día mis amigos me confesaron su opinión sobre mi pareja, fue bastante directa y concreta Tu novia es gilipollas. Sus opiniones me habían sido de utilidad en el pasado y por eso no descarte directamente su opinión, les he pedido en varias ocasiones que me avisen siempre que me vean caminando en una dirección peligrosa. Tampoco la acepté como una verdad sin cuestionarla, les pedí que desarrollaran la idea, que la argumentaran y estuvimos debatiendo sobre ello. Siempre que puedas llevar algo a la práctica te servirá para comprenderlo mejor, así que pensé en cómo podría validar o refutar esa opinión. Decidí vivir unos días viendo a mi pareja según sus ojos, un experimento cruel y doloroso, y no ha sido de los más duros que he realizado, me considero un científico empírico, hay que poner a prueba las ideas.


Cuando estaba con ella pensaba “es gilipollas” y mi mente, que es una herramienta que sólo busca satisfacernos, justificarnos y evitarnos sufrimientos, se encargaba de localizar los detalles que justificaran esa idea... y los encontraba. Y lo que una vez fue algo divertido y gracioso se convertía en algo banal y absurdo. Lo que fuera reflexivo y maduro se convertía en gris y aburrido. Lo que había sido peculiar se convirtió en imperfecto y maniático. Pasé de disfrutar el tiempo con ella a sufrirlo, y nada había cambiado en ella, su comportamiento o su manera de ser. Sólo había cambiado mi manera de verla, sólo había cambiado la intención que yo había dado a mi atención, sólo yo había cambiado el uso que estaba dando a mi mente, y todo había cambiado para mi.

No sé cuánto tiempo puse a prueba este experimento, creo recordar que no llegó a tres días. No me estaba gustando lo que vivía, así que dejé de hacerlo. Y supe cómo volver a vivir lo que antes vivía y disfrutaba. Supe redirigir mi atención y dotar a mi mente de una nueva intención de búsqueda, volví a vivir los gestos y detalles de mi chica como divertidos, graciosos, maduros, experimentados, reflexivos, responsables, peculiares e imperfectos y aún así apreciables. Elegí lo que quería ver, lo que quería encontrar, dónde quería poner el foco, lo que quería justificar para vivir la vida que quería vivir. Podemos ver el pato y el conejo y elegir con qué queremos quedarnos :)


¿Vivía engañado? ¿Qué era la realidad? ¿Alguna de las dos versiones era más real? ¿Las dos coexistían? No había una realidad, sólo había interpretaciones, y eso depende de nosotros, siempre interpretamos la “realidad”, no vivimos la vida como es, sino como nos la explicamos, nuestra experiencia de la vida depende de nuestra pauta explicativa. Por eso nuestra mente es tan poderosa, por eso la felicidad es mental y se puede alcanzar y entrenar, porque depende de cómo usemos las herramientas de nuestra mente.

A mis amigos les siguió pareciendo que mi pareja era gilipollas, a mí me siguió pareciendo que era una persona magnífica y yo vivía mucho más feliz así. Esto es algo que me ha pasado en más ocasiones con compañeros de estudio y de trabajo, jefes o clientes, aceptar y asumir las opiniones que otras personas tenían sobre ellos y empezar a verlos con sus ojos. Hay veces que me doy cuenta y elijo tener mi propia visión de ellos, elegir dónde quiero poner el foco, que intención le voy a dar a mi atención y entonces les veo de modo diferente y la experiencia de mi vida cambia. Mi relación con ellos es más agradable porque pongo mi intención y atención en lo que me gusta de su persona. Parece una tontería, pero para mí es una grandísima herramienta que cambia totalmente nuestra experiencia de vida, elegir en qué queremos fijar nuestra intención y atención, todo son percepciones.


Esto no lo aprendí solo. Hubo un tiempo que siempre encontraba detalles negativos en las personas y eso las hacía merecedoras de castigos y desgracias; también los encontraba en mi y por tanto yo mismo me aplicaba los castigos, no era una época muy feliz de mi vida. Gracias a una pareja descubrí que podía cambiar mi intención y atención y ver la vida con sus ojos, ver los detalles apreciables de las personas que las hacían merecedoras de nuestro aprecio y cariño, y desde entonces vivo mucho más feliz, le debo a esta chica toda una vida nueva para mi.

Os cuento esto, porque últimamente he detectado fallos en mi atención que me hacían ver a algunas personas como desagradables, pudiendo mejor verlas como apreciables y disfrutar mi vida. Parece sencillo dominar la técnica y que no se nos fuera a olvidar nunca, quizás de vez en cuando haya que revisarla y realizar un mantenimiento periódico de esta técnica tan útil para la vida :)


Feliz día! Vivid a vuestro gusto! :) Total, es vuestra Vida...

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